La batalla contra el coronavirus no la está librando alguna institución o administración pública en concreto. La lucha contra esta pandemia, como todo lo que está relacionado con las políticas públicas, no se gana de una manera individual y su erradicación no es fruto de un éxito personal sino que se debe al esfuerzo compartido.
Lo mismo sucede con el desempleo. Háganme caso. Ninguna Administración Pública crea empleo. Pueden y deben facilitar los mecanismos y erradicar las trabas para que las empresas creen riqueza y, con ello, se permita la fácil contratación de sus recursos humanos.
Con el COVID-19 se está demostrando que los españoles formamos parte de una gran nación. Yo no tenía ninguna duda. Sólo los amargados de siempre han sido los que no han sabido ver el potencial personal que tenemos como país. Ahora sí, para ello, debemos estar unidos sin ningún tipo de fisura.
Efectivamente, cuando ganemos este pulso tendremos que celebrarlo todos los españoles. Será un logro colectivo.
Esto que les digo para el conjunto de España se está visualizando en mayor medida en nuestra Comunidad Autónoma. Andalucía está dando todo un ejemplo en el cumplimiento de las medidas aprobadas para el estado de alarma.
Desgraciadamente, cuando hablamos de estadísticas de contagiados y de fallecidos cualquier dato es negativo. Con que haya un solo fallecido ya es para estar tristes. Pero, ese grado de cumplimiento de los andaluces está conllevando que seamos todo un ejemplo para el resto del mundo.
En esa responsabilidad compartida que les comento se puede hacer de una manera correcta o no. Y me refiero ahora a determinados excesos de protagonismo que he visto por parte de responsables públicos durante estos días. Es el caso de la ciudad de Cádiz.
Me ha parecido bien que a las personas sin hogar se les haya ofrecido techo y comida. Por cierto, debería ser siempre esta obligación por parte de las administraciones públicas y no sólo en estos mementos. Lo que ya no me pareció tan bien fue que se hiciera en pleno estado de alarma una recogida de ropa instando a los ciudadanos a salir a la calle más allá de lo estrictamente necesario. Pero, no contentos con eso, se pide ahora que se acuda al centro donde están estas personas para aportar alimentación para sus mascotas.
Desconozco si se hace todo esto para ver quién es capaz de hacer cumplir las normas del estado de alarma en la ciudad, desconozco si está provocado por el desconocimiento de lo que es la vida y por eso se lleva a cabo una grave irresponsabilidad e, igualmente, no se si es un mero espectáculo de marketing político y exceso de protagonismo como les decía anteriormente. Todo eso debe valorarse en su justa medida cuando pase esto. Lo que sí me parece es una falta de civismo total.
Miren, lo más solidario en estos momentos es salir lo menos posible a la calle para evitar que se produzcan contagios. Es la única forma de momento de vencer al coronavirus. Por ello, como ciudadanos anónimo, les hago un llamamiento contrario al que se hacía por parte de ese alcalde. No salgan a la calle. Que sea esa administración pública la que se haga cargo de alimentar a esas personas y sus animales mientras dure el estado de alarma.
Como les decía anteriormente, no es solidaridad lo que hace una administración pública, es obligación moral de otorgar el mayor bienestar posible a sus administrados.
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