No era una mañana cualquiera. Los niños gaditanos se levantaban en la jornada de ayer con una cantidad de nervios que no tienen en otro día del año. Sigilosamente avanzaban por los pasillos de sus hogares, en muchos de ellos con caramelos en el suelo, hasta llegar al salón, y ahí, salían las sonrisas.
Al grito de: “¡Papá, mamá, que han venido los Reyes Magos!”, los más pequeños iban corriendo a despertar a sus padres para poder abrir los regalos.
Había sido una noche complicada, tras dejarle a Melchor, Gaspar y Baltasar las habituales galletas y vaso de leche, los adultos mandaban a los pequeños a sus habitaciones para que los Reyes Magos no pasaran de largo y les dejaran sin regalos al ver que estaban despiertos.
Los padres, con alguna que otra legaña en los ojos todavía, ayudaban a sus hijos a abrir los presentes. En la gran mayoría de casas gaditanas se pudieron oír gritos como: “¡Toma, lo que yo quería!”, “¿Te gusta?” o “Eso te lo han dejado porque has sido muy bueno”.
Los muebles del salón se llenaban de papel de regalo y algunos presentes comenzaban a abrirse para empezar a disfrutarlos. Había gran variedad de juguetes: algunos más clásicos como los juegos de mesas o bicicletas, algunos más modernos como videojuegos y patinetes eléctricos, y uno en concreto con los que los Reyes Magos siempre aciertan como es la camiseta del Cádiz Club de Fútbol, que viendo la situación actual del equipo de Cervera, fue de lo más demandado por los jóvenes cadistas.
Las llamadas telefónicas a los primos se repetían para ver que les habían dejado y comparar los regalos.
La climatología acompañaba, catorce grados hacía al mediodía y el cielo estaba completamente despejado, por lo que desde primera hora de la mañana se podían ver algunas bicicletas y patinetes eléctricos por el paseo marítimo.
Las vacaciones del colegio acababan ese lunes y este martes es la vuelta a las clases, por lo que solo se disponía de un día para disfrutar de los regalos.
Los padres vigilaban a sus hijos en el paseo marítimo, muchos de ellos usaban sus presentes en el famoso carril bici, pero no solo habían recibido regalos los más chicos, también los adultos.
Los jóvenes estrenaban su nueva ropa, colonia, algunos incluso teléfono y vacilaban de lo que los reyes les habían dejado, mientras tomaban algunas copas rodeado de amigos en los distintos pubs de la tacita de plata.
Los más mayores, que aunque ellos repitan una y otra vez que esto de los regalos ya no va con ellos, que ya son mayores, también lucían sus nuevas prendas. Obviamente los presentes variaban según la edad y los gustos, mientras que para los niños, Melchor, Gaspar y Baltasar, han optado por videojuegos, camisetas del Cádiz CF o patinetes eléctricos; la elección para los adolescentes podía ir desde viajes, ordenadores o móviles; y por último para los más mayores, las colonias o jerseys siempre son un acierto.
Con el paso de las horas, ya se había ido a casa de las abuelas para recoger todos los regalos y ahora solo quedaba lo más fácil, pero a su vez primordial, disfrutar de ellos.
El 6 de enero siempre es una fecha especial, probablemente sea el único día que los niños tengan en mente un 15 de julio o un 26 de mayo. Desde hoy mismo, los más pequeños ya han empezado a contar los días para que vuelvan los Reyes Magos a dejarles regalos en casa.
Había sido un día de nervios, emociones, sonrisas, y seguro que alguna lágrima de felicidad al abrir los regalos. El día de Reyes había acabado y ahora toca volver a la rutina, volver a la realidad, pero con regalos nuevos.
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