Este lunes es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género. Los datos hablan solos, hasta el pasado 31 de octubre, en España habían sido asesinadas un total de 50 mujeres, de las cuáles 40 no habían presentado denuncia, y en 36 casos el agresor era su pareja. Considerando que durante todo el año 2.018, 50 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, las mismas que hasta el 30 de octubre de 2.019, todo hace indicar que la cifra de fallecidas aumentará considerablemente en relación al año pasado.
La provincia de Cádiz cuenta, a fecha del 30 de mayo de 2.019, con 2.660 casos activos de violencia de género, 34 pulseras de control de Sistemas de Seguimiento VioGén y 317 usuarias en Atención y Protección a víctimas.
La violencia de género es un mal endémico en la sociedad contemporánea. La graduada en psicología, Araceli Jiménez, nos habla sobre el perfil que pueden presentar los maltratadores.
“La realidad es que aún no se ha encontrado un patrón específico en los maltratadores, puesto que no parece depender del estatus socioeconómico, la etnia, la edad o la presencia o no de trastornos mentales (de hecho, al contrario de lo que se cree, existe un porcentaje mínimo de maltratadores que padecen algún trastorno mental). La violencia de género se da en tantas y diversas situaciones, que delimitar una sola causa resulta imposible”, señala.
Sin embargo, destaca que “en la mayoría de los maltratadores suelen darse algunas características fundamentales” como pueden ser la “falta de regulación de impulsos y necesidad excesiva de control”. Además, “los maltratadores suelen presentar dificultades en las habilidades sociales, baja tolerancia a la frustración y falta de autoestima”, a lo que hay que añadir que “la mayor parte de ellos presentan creencias distorsionadas sobre los roles sexuales y la inferioridad de la mujer, y también sobre el ejercicio de la violencia como forma válida de solucionar los conflictos”.
Analiza también el perfil psicológico de las mujeres maltratadas. “en todas ellas se observa un concepto muy utilizado en psicología llamado indefensión aprendida, el cual hace referencia a la percepción subjetiva que tiene una persona acerca de la falta de recursos para afrontar un problema o cambiar una situación concreta, decidiendo adoptar una postura de pasividad ante ella
Hablamos con dos mujeres jóvenes gaditanas de 22 años, A.T y A.C (prefieren conservar el anonimato), que nos cuentan situaciones que han vivido con pareja y que pueden representar la sociedad en la que vivimos.
Una de ellas apunta a que “muchas veces mi novio se enfadaba si salía de fiesta con mis amigas, no me dejaba, ya que se excusaba diciendo que se me iban a acercar otros tíos”, llegando incluso la situación a “amenazarte con dejar la relación si algún hombre se me acercaba en la discoteca”.
“Cuando salía con mis amigos y coincidíamos en el mismo lugar me sentía observada por él, no me dejaba de vigilarme todo el tiempo. No podía hablar con otros tíos en una fiesta por miedo de que se enfadara”.
Señalan que las discotecas pueden llegarse a convertir hoy en día en auténticos “cotos de caza”. “Te sientes agobiada porque te meten mano muchas veces”.
Destacan el daño que pueden hacer las redes sociales. “Me controlaban los seguidores de Instagram y si me seguía alguien que no conocía me preguntaba rápidamente”. En Whattsap ocurre prácticamente lo mismo. “Si ve que estás en línea y no le respondes, se enfadaba y me dejaba de hablar”.
El control llegaba hasta en la ropa que se ponían. “Hacía comentarios de que llevaba un gran escote y que eso en una mujer está feo, y no me dejaba hacer topless”.
Apuntan a que los hombres hacen cosas que después no permiten a las mujeres. “Me decía que decir palabrotas está muy feo, y él era el primero que las decía todo el tiempo” y también se produce el hecho de que “no me dejaba que bebiera alcohol o fumara”.
Aunque el momento de mayor manipulación llegaba a la hora de dejar la relación. “Te dicen que si en él vas a estar peor y que nunca encontrarás a alguien como él”. Te hacen ver que “dependes de él y que te hace mejor persona”.
“Cuando peor me he sentido ha sido que nos hemos peleado, yo he estaba bastante mal, incluso llorando, y ha intentando mantener relaciones sexuales conmigo”.
A.T y A.C son solo dos ejemplos de las numerosas mujeres que en su día a día se sienten acosadas y controladas por sus parejas.
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