Cádiz

Se cumplen 86 años del voto femenino

El 19 de noviembre de 1933 se celebraron los primeros comicios en los que el voto de la mujer en este país contó

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  • Varias mujeres ejerciendo su derecho al voto. -
  • Paradójicamente, en estas elecciones se hizo con la victoria las fuerzas de derechas, encarnadas en la Confederación Española de Derechas Autónomas

"Es imposible imaginar una mujer de los tiempos modernos que, como principio básico de individualidad, no aspire a la libertad”. Estas palabras de Clara Campoamor, defensora aférrima de los derechos de la mujer, tienen más de ocho décadas. Renacen hoy de esta tinta porque se cumplen 86 años desde que las mujeres españolas acudieron por primera vez a las urnas. Fue el 19 de noviembre de 1933 cuando se celebraron las segundas Elecciones Generales  de la II República. Aquel día más de 6.700.000 mujeres pudieron elegir a sus representantes. Aunque la paradoja quiso adueñarse de la conquista dando la victoria a las fuerzas de derechas, encarnadas en la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). 

Micaela de Castro se convirtió en la única mujer gaditana en las elecciones generales del año 1933 candidata al Congreso”

Campoamor fue diputada por el Partido Radical desde 1931, ya que la ley permitía a las mujeres ser parlamentarias aunque no votar. Había luchado no solo por conseguir el voto femenino, sino también por la igualdad jurídica ante el hombre o el derecho al divorcio. A la vez que veía cumplido su sueño con el sufragio universal, Clara perdía su escaño. También lo perdieron Margarita Nelken, Veneranda García Blanco, María Lejárraga y Matilde de la Torre, todas ellas del Partido Socialista, y Francisca Bohigas, de la CEDA.

Aunque todo se movía desde Madrid, en Cádiz algunas mujeres también fueron activas políticamente durante la Segunda República. Ejemplo de ello fue Micaela de Castro, nacida en esta ciudad en el año 1873. Trabajó en la Fábrica de Tabacos junto a su hermana Ángela, donde ambas desarrollaron una ingente acción sindical y asociativa. Las cigarreras comenzaron a luchar por conseguir mejoras laborales allá por el año 1918. De Castro llegó a viajar incluso a Madrid para reclamar esas mejoras, aunque desapareció de la vida política durante los años de represión de la dictadura de Primo de Rivera. Micaela reaparece con la llegada de la república, y lo hace siendo cercana al filo comunista, en un acto donde aprovechó para pedir que el sufragio femenino, aprobado por la Constitución realmente en el 31, entrara en vigor de inmediato. 

En 1933 Micaela de Castro se presentó en la lista del Frente Único Revolucionario.  “De esta manera, Micaela se convirtió en la única mujer gaditana candidata al Congreso”, relata el historiador Rubén Benítez. Más tarde, “su labor en defensa de los trabajadores desplegada durante toda su vida les sirvió a los golpistas para que una mujer con 63 años fuera recluida en la Cárcel de Cádiz, el 4 de septiembre de 1936, y al día siguiente conducida al penal del Puerto de Santa María. Sin embargo, no consta su entrada en la cárcel portuense". De Castro desapareció en el camino, por lo que es muy probable que los fascistas acabaran con su vida. A día de hoy sus restos están en paradero desconocido.  

Los resultados

Como se ha mencionado anteriormente, las elecciones del 33 dieron la victoria a la  CEDA.Esto se ha achacado a lo largo de la historia a varios factores, y uno de ellos fue el nuevo voto de la mujer, que iría a parar a las formaciones de derecha tradicional. De hecho, la entonces diputada socialista Victoria Kent en un primer momento defendió que el sufragio femenino debía esperar a que la mujer se hubiera familiarizado con el ideal libertario, ya que todavía estaba demasiado vinculada al tradicionalismo y la moral cristiana impuesta. 

Sin embargo, no sólo el voto femenino fue la causa de que ganaran las derechas. También hubo un masivo abstencionismo anarquista que perjudicó notablemente a los partidos republicanos de izquierda. “Cádiz y las provincias de Sevilla y Málaga, con el 62,73%, 50,16% y 49,47% de abstenciones, respectivamente, marcaron las más altas cotas de todo el país”, tal y como expone el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Cádiz, Diego Caro Cancela. “Otro factor que contribuyó a la derrota de las izquierdas fue la ruptura casi generalizada de la coalición republicano-socialista”, añade, “aunque en Cádiz sí se mantuvo esta conjunción”. 

“En Cádiz, después de una campaña electoral plagada de incidentes, la jornada del 19 de noviembre se presentaba con suficientes motivos de preocupación, máxime cuando escasos días antes, la prensa conservadora de la provincia reproducía unas supuestas instrucciones que tenían los interventores radicales para dificultar el voto a las mujeres”, apunta Caro. 

Hubo muchas publicaciones similares en la prensa gaditana que intentaron redirigir el voto de las mujeres por parte de los conservadores y otros tantos que después de las elecciones agradecieron su participación y apoyo. Ramón de Carranza, sin ir más lejos, escribió en ‘La Información’ el 22 de noviembre de 1933 un artículo titulado ‘Salvar España’ que decía “pobres y ricas, jóvenes y ancianas, solteras y casadas, todas a una decidieron, casi sin consultarse, votar por las candidaturas de las derechas (...) Es verdad que el éxito de la elección a ellas se debe, pues los hombres faltaron a su deber de ciudadano en emitir su voto, y el nombre de estas elecciones pasará a la posteridad con el de la Elección de las Mujeres”. 

Sin embargo, la mujer volvió a las urnas en el 36 dando el triunfo al Frente Popular, justo antes de que les arrebataran ese derecho durante más de cuarenta años. Pero regresaron a la lucha, a alzar la voz y sus puños contra la desigualdad. Aunque a día de hoy algunas piensen en coser botones, otras muchas siguen caminando hacia el empoderamiento.

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