Las propuestas de última hora pueden ser sinceras o para salvar el tipo. No es la primera vez que las vemos en la historia interminable de la formación de gobierno en España. El 25 de julio, en el pleno del Congreso de los Diputados, Pablo Iglesias hizo un ejercicio de malabarismo y –tras haber anunciado su abstención (por segunda vez, ya lo hizo en 2016) a formar parte de un gobierno de coalición entre Unidas Podemos y el PSOE – lanzó su propuesta de última hora con la oferta de entrar en el gobierno, que acababa de rechazar, si un miembro de su partido o coalición de partidos se hacía cargo de las políticas activas de empleo. Nunca habían estado las políticas activas de empleo tan altas y la valía de la formación de un gobierno en España tan baja.
La historia ya se conoce. Finalmente el PSOE no modificó su oferta de una vicepresidencia del gobierno y tres ministerios y Unidas Podemos no tuvo a bien dar el visto bueno a un gobierno socialista… ¡Por las políticas activas de empleo! Si no fuera patético, sería ridículo.
Ayer la treta de recurrir al método del último recurso la ha empleado Albert Rivera. Se insta a Pedro Sánchez a “que se comprometa con España y con los españoles”. No con los daneses ni los búlgaros. Con España y los españoles. Pide que el PSOE acepte tres condiciones sobre Navarra, impuestos y el 155 en Cataluña. Se podrá analizar si esta propuesta es sincera o una mera pose. En lo de Navarra es bastante incomprensible. El PSOE pudo poner a un alcalde de Bildu – que tenía la alcaldía de Pamplona- y ahora por la abstención de los cinco concejales del PSOE gobierna Navarra Suma. En el gobierno foral de Navarra estaba Bildu con dos consejeras. Hoy tampoco están. Gobierna un conglomerado de izquierdas y nacionalistas del PNV. Bildu ha salido del gobierno navarro, aunque se ha abstenido en la investidura de la nueva presidenta socialista. El 155 se aplicará cuando haya hechos que lo exijan, reitera Sánchez. Ya apoyó –desde la oposición- su aplicación. De impuestos se hablará en los presupuestos. Antes de conocer la marcha de la economía es inútil.
¿Último cartucho de Rivera para garantizar la gobernabilidad por su amor a España? ¿Intento de evitar las elecciones ante la previsión de pérdida electoral? Más probable. La solución, hoy.
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