Estas son las fundadas razones en las que pretenden basarse Vox, Ciudadanos y Partido Popular para llevar a cabo su alianza –que no engaña a nadie - para ganar ayuntamientos y comunidades autónomas- Lo dicen sin rubor. Los estandartes son el cambio y la libertad. Unos se denominan los gobiernos del cambio, que puede tener un sentido –aunque sólo en el sentido temporal- cuando hablan de Andalucía porque el PSOE llevaba gobernando 37 años, pero no lo pueden aplicar en Madrid o Castilla-León donde lo hacen desde hace 24 años en Madrid y 32 en Castilla-León de manera ininterrumpida. Osea, que los argumentos de cambio no son muy consistentes. Consistentes sí que son las recogidas de falsos afiliados y el pago de sus cuotas con dinero en b para que el candidato del PP en Castilla –León, Fernández Mañueco, ganara las primarias. Tan fraudulentas como las de Ciudadanos en esa misma comunidad, que hubieron de ser rectificadas. Lo de la libertad es harina del mismo costal. Pretender que la tríada de la derecha representa la libertad en España cuando han sido los partidos que se han opuesto absolutamente a todas las medidas que ampliaban derechos de los ciudadanos es cuando menos chocante. Es una desfachatez.
En Andalucía se llaman a sí mismos los partidos del cambio, los presupuestos –se aprueben o no- los denominan los presupuestos del cambio y, por supuesto, los más sociales del mundo conocido. En Madrid el cambio de candidatos ha sido obligado por el encarcelamiento de González, tras la dimisión obligada de Cifuentes y después de la huida de Esperanza Aguirre a su zona de confort, fuera del foco de los jueces y de la prensa. El último presidente también se pasó poco antes de la campaña del PP a Ciudadanos. Ángel Garrido decía que era liberal y por eso se iba del PP a Ciudadanos, para gobernar de la mano de Vox. ¡Que liberales más raros! A todo esto le llaman regeneración. Los de Andalucía son igualmente liberales, conservadores y progresistas y con Vox harán las paces para llevar a Andalucía a un progreso hasta ahora nunca conocido. El de denigrar la enseñanza pública, el de suprimir las subastas de medicamentos –a indicación de las farmacéuticas-, recortar los fondos de empleo y que las novias de los altos cargos diseñen los despachos oficiales. Es un ahorro importante en asesores de decoración.
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