Las inundaciones han afectado a casi dos millones de residentes en el archipiélago
Las autoridades de Filipinas aumentaron ayer a 246 la cifra de muertos por la tormenta tropical Ketsana, mientras la isla Luzón se prepara para recibir un nuevo temporal mañana y arrecian las críticas al Gobierno por su lenta respuesta a la tragedia.
El Centro Nacional de Coordinación de Desastres incluyó cien fallecidos a la lista oficial tras identificar más de noventa cadáveres hallados en la capital, donde los equipos de rescate siguen localizando cuerpos sin vida de los lodazales. Otras 38 personas continúan desaparecidas y 1,9 millones de residentes de Manila y otras 25 provincias de la isla de Luzón se han visto afectados por las inundaciones, riadas y corrimientos de tierras.
En las últimas horas, unos 80.000 damnificados han podido regresar a sus hogares, pero casi 375.000 evacuados que perdieron sus casas continúan en los centros de acogida que se han habilitado, uno de ellos en el recinto del palacio presidencial de Malacañang, en Manila.
Las perdidas económicas ascienden a 4.692 millones de pesos (98,5 millones de dólares o 67,6 millones de euros), y tres cuartas partes de esa cuantía corresponde a daños en infraestructuras y los demás al sector agrícola.
La Unión Europea (UE) anunció ayer una ayuda de dos millones de euros para las “necesidades humanitarias más urgentes” de los damnificados.
En todas las áreas donde rige el estado de catástrofe declarado el sábado, se han suspendido las clases en las escuelas y han sido transformadas en improvisados albergues para los damnificados.
Entretanto, en la isla de Luzón las autoridades se preparan para responder a los eventuales daños que puede causar el nuevo temporal que se aproxima desde el Océano Pacífico.
El Servicio de Meteorología advirtió de que un sistema de baja presión ya se ha convertido en tormenta y puede transformarse en tifón antes de tocar tierra, aunque no descartan que se desvié a Taiwán en vez de alcanzar el norte del archipiélago filipino.
El presidente de la Comisión de Educación Superior, Manuel Angeles, indicó que colegios y universidades deberían organizar equipos de rescate voluntarios para asistir a las víctimas y abrir sus instalaciones a la ayuda humanitaria, las donaciones y los evacuados.