Cádiz

Un bohemio que intentaba encontrar la libertad del hombre...

Juan Fernández es autor de Agrupaciones, y fue componente y director de chirigotas y comparsas de Juan Carlos Aragón

Publicado: 18/05/2019 ·
11:35
· Actualizado: 18/05/2019 · 12:44
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  • La serenissima -

Desde que me enteré de tan triste noticia me vienen a la mente tantos recuerdos de aquellos momentos que vivimos juntos y que serán inolvidables.

La primera imagen que me viene a la mente es en las aulas del colegio Salesianos donde tú ensayabas con tu comparsa y yo con la mía. Esa cara de niño mirando a través del cristal de la puerta de nuestra aula encantado de escuchar a nuestro grupo. “ Me encanta como suena vuestra comparsa “, decías.

De hecho, según tú, la presentación de “ Almas errantes” te ayudó en algunas ocasiones a inspirarte. Ahí solo teníamos quince años y con ganas de comernos el mundo.

Ya después y pasado el tiempo, nos volvimos a encontrar en “ Las ruinas romanas de Cádiz “, donde reafirmamos nuestra amistad y algo más que amistad. Empezamos a llamarnos HERMANO.

Esas tardes de guitarra y ron que pasábamos juntos en tu casa de Cayetano del Toro abriéndonos el corazón de par en par.

En el salón de tú casa, con las paredes pintadas de colores y llenas de cuadros de tus agrupaciones, tus trofeos cajonazos de los cuales te sentías tan orgulloso y tan cabreado a la vez. Tu micrófono y tu guitarra siempre
dispuestos y en tu atril un libro con todas las canciones de Silvio Rodríguez. Tu balcón con vistas y en la mesa una botella de ron y el cenicero lleno de colillas de Ducados. Todo un salón de un bohemio que intentaba encontrar la libertad del hombre. Sin pretenderlo, claro, como todo buen bohemio que se precie.

Nos intercambiábamos pasodobles, tu me cantabas los tuyos y yo te cantaba los míos. Inéditos, recién paridos. Allí, en ese salón, donde tanto reímos y lloramos, donde nos hicimos tan hermanos.

Hoy lloraba tu hija “Rubita”, la que no te atrevías a acercarte por temor al rechazo. Pero los que te conocemos sabemos cuanto amor sentías por ella.

Hoy lloraban tus hijos, tus padres, tu Luisa y todo Cádiz.

Se cumplió la premisa de que todo GENIO muere joven.

Descansa en paz, hermano.

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