Barraquer, que participa en Santander en el congreso anual de la sociedad que preside, aclaró, en rueda de prensa, que esos estudios están aún en una fase incipiente, pero se mostró convencido de que serán una solución para la ceguera, una idea, apuntó, que muchos de sus colegas comparten.
Los ojos no son los que ven, sino el cerebro, que es el que interpreta la información que envían las células de la retina, recordó el veterano oftalmólogo, aún en activo a los 82 años.
En unos años, a su juicio, se podrá implantar un pequeño chip en la llamada fisura calcárea, la parte del cerebro relacionada con la visión, de la misma forma que se coloca un marcapasos en el corazón.
Ese chip será capaz de recibir e interpretar las imágenes que le envíe, a través de un electrodo, una cámara de tamaño mínimo, colocada en unas gafas.
Con esta técnica, las personas ciegas, ha advertido, “podrán ver poco” pero no necesitarán ayuda para deambular.
En los experimentos que se han hecho en primates con el nervio óptico atrofiado se ha comprobado que, gracias a esta nueva técnica, los animales se podían mover en sus jaulas “de una forma bastante parecida a la normal”.
Dos mil oftalmólogos asisten a partir de hoy al congreso de Santander, en el que se presentarán las últimas novedades para tratar las patologías del ojo.
El presidente de la Sociedad Española de Oftalmología explicó que, en los últimos años algunas de esas patologías han ido en aumento, como la que antes se denominaba degeneración bacular senil, y que ahora se conoce como cambios en el báculo relacionados con la edad.
Esa enfermedad es cada vez más frecuente porque ha aumentado la esperanza de vida y quienes la padecen tienen una visión muy baja que no les permite ni leer ni escribir, aunque sí “deambular sin chocar”.
Existen distintos tratamientos para esta enfermedad, al igual que para la patología inversa, la retinosis pigmentaria, que hace que el paciente vea como a través del cañón de una escopeta.
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