El día 21 se reúne el Consejo de Ministros en Barcelona. España estará inmersa en la preparación de la navidad -cenas de compañeros de trabajo, almuerzos de empresa, reunión de familiares…- y el gobierno español hace un acto nunca realizado antes: reunirse en la capital de Cataluña. Lo hace en un clima de desobediencia de parte del gobierno catalán, del presidente de la Generalitat y con la posición de los mozos de escuadra en actitud de brazos caídos por la falta de apoyo.
En la constitución del Consejo de la República (catalana) Quim Torra lo expresó con claridad: “Los catalanes hemos perdido el miedo. No nos dan miedo. No hay marcha atrás en el camino hacia la libertad. Los eslovenos decidieron salir adelante con todas las consecuencias. Hagamos como ellos y estemos dispuestos a todo para vivir libres”. Ese “Dispuestos a todo” de la vía eslovena ha encendido todas las alarmas en Cataluña y en España. En el gobierno y en la oposición.
Cuando cae el muro de Berlín y se desintegra el bloque soviético, también se inicia el proceso expansionista del genocida serbio Milosevic y se plantea en una de las seis repúblicas federadas de la antigua Yugoslavia -Eslovenia- la separación de la Federación Yugoslava. Costó mucha sangre pero tuvieron el reconocimiento internacional porque Serbia era enemiga declarada de la OTAN y un régimen antidemocrático y practicaba la limpieza étnica. Cualquier comparación con España espanta la inteligencia.
En la actual situación la policía autónoma no cumple -por orden o falta de ellas de sus superiores políticos- con el mandato de la Constitución y de la Ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. La “Seguridad pública, sin perjuicio de la posibilidad de creación de policías por las Comunidades Autónomas en la forma que se establezca en los respectivos Estatutos en el marco de lo que disponga una ley orgánica” es competencia exclusiva del Estado. Hoy en Cataluña esa seguridad pública no está garantizada. Los llamados CDR (Comités de defensa de la república) actúan con libertad absoluta y los Mossos cuando tratan de frenarlos reciben la reprimenda y las amenazas del propio gobierno catalán.
Es evidente que en la comparecencia de hoy del presidente en el Congreso se van a dar pasos para frenar la deriva al caos de Cataluña, sin llegar al 155. Es lo que sucede con las lineas rojas.
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