"La compañera-presidenta Susana Díaz Pacheco ha convocado elecciones para la Asamblea Nacional de Poder Popular de Andalucía, según ha informado Granma-Andalucía. En la convocatoria publicada en la Gaceta oficial la compañera-presidenta terminaba su anuncio electoral con el lema tradicional de “¡Patria o muerte, venceremos!”. “La compañera-presidenta recordaba en la convocatoria que la condición de diputado, -en Cuba y en Andalucía-, “no entraña privilegios personales ni beneficios económicos. Durante el tiempo que empleen en el desempeño efectivo de sus funciones, los diputados perciben el mismo salario o sueldo de su centro de trabajo y mantienen el vínculo con éste a todos los efectos”. Se espera que los resultados sean tan favorables como viene sucediendo desde que el amado compañero-presidente Rafael Escuredo bajó victorioso de Sierra Maestra en 1982 para imponerse en un triunfo arrollador”.
Éste es relato que ha contado Pablo Casado. Chorradas de este calibre han querido hacer tragar a los andaluces desde el Albaicín, con la vista más maravillosa del mundo a sus espaldas - la Alhambra y el Palacio de Carlos V - los dirigentes del Partido Popular, que tanto aman a Andalucía, asimilando Andalucía a la Cuba castrista. “En Andalucía no se puede criticar al régimen”, descargó sin pudor Pablo Casado, calificando la situación andaluza de despótica, con la anuencia festiva de los dirigentes populares andaluces. ¡Qué buena ocasión para marcar territorio propio y acabar con la escalada de pamplinas que hacen increíble e inasumible por los electores –de puro exagerado y falaz- el mensaje popular!
Pablo Casado visitó Cuba en 2006 y quedó impresionado por la ausencia de libertades y pudo visitar a algunos disidentes. Aquí en Andalucía no se conoce qué cárceles y viviendas “bajo vigilancia policial” habrá visitado. No lo ha hecho público. Sí se sabe que su íntimo amigo, un condenado por homicidio imprudente, –dirigente, como él, de Nuevas generaciones- fue a Cuba por encargo suyo, Ángel Carromero, y le costó la vida a varios dirigentes anticastristas, por su conducción. Los dos -Casado y Carromero- eran “neocon” instruidos y tutelados por Aznar y Esperanza Aguirre. De casta le viene al galgo…
¿Dónde habrá visto en Andalucía la visión que él escribió sobre La Habana? “La Habana parecía devastada por una explosión nuclear: casas semiderruidas, coches que agonizan entre humaredas negras, mercados sin género que vender, gente deambulando como buscando la salida del laberinto en el que les ha tocado vivir”.
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