Con Y griega

Antonio Sanz y la vocación de servicio público

Lo intentó, muy lejos del egoísmo y la cortedad de miras de otros y con una vocación de servicio público más que demostrada. 

Publicado: 11/06/2018 ·
21:34
· Actualizado: 11/06/2018 · 21:34
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  • Antonio Sanz. -
Autor

Antonio Yélamo

Periodista de dilatada trayectoria, Antonio Yélamo es director de Radio Sevilla, en la Cadena Ser

Con Y griega

La actualidad política, social y económica andaluza analizada desde la A a la Y con el sello personal de Antonio Yélamo

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La llegada a la Delegación del Gobierno en Andalucía auguraba lo peor, una intensificación de la confrontación política con la Junta de Andalucía. Su trayectoria, cincelada durante años en su implacable labor como parlamentario de control del ejecutivo autonómico, hacía pensar en una etapa convulsa, poco menos que un choque de trenes entre ambas administraciones. No en vano, anteriores inquilinos del despacho de la plaza de España, en la capital hispalense, entendieron la alta responsabilidad que asumían como una mera plataforma de promoción de los suyos y de erosión y castigo del que consideraban contrario más que otra institución a la que, también, está obligado a atender. Ahí está el caso del que fuera, igualmente, alcalde de Granada, José Torres Hurtado cuyo paso por dicha delegación quedará para la historia como ejemplo de lo que no se debe hacer tal era el sectarismo con el que se desenvolvió durante todo su mandato.

Sin embargo, nada de lo que se vaticinaba sucedió. Muy al contrario, Antonio Sanz se ha desenvuelto con la suficiente lealtad como para ganarse el respeto de todos así como el  reconocimiento de los distintos estamentos oficiales. Desplegó una intensa actividad, un inagotable esfuerzo que le hacía estar en todos los escenarios posibles allá en donde el conflicto, la catástrofe, el siniestro, la protesta o el problema en sí requerían del concurso de su oficina. Propició compartir protagonismo con los gobernantes andaluces con los que desarrolló actuaciones marcadas por el consenso ante asuntos de gravedad como incendios forestales o la lucha contra el narcotráfico inaugurando así una nueva etapa de colaboración institucional. Lo último que esperan los ciudadanos ante situaciones extremas es que los dirigentes  públicos se tiren los trastos a la cabeza en vez de facilitar salidas a los problemas y eso, las cosas como son, no se ha dado en esta ocasión salvo situaciones muy puntuales como ha podido ser la discusión surgida a cuenta de la regeneración de las playas afectadas por los últimos temporales.

Ha llegado, incluso, hasta a innovar. Eso que llama Acción Política Inteligente ha presidido su actuación. Un principio que traducido resulta tratar de mejorar la calidad de vida de los andaluces a través de un nuevo modelo de relación entre las administraciones públicas que él  explica como el mecanismo de las tres C: Cooperación, Colaboración y Coordinación. Ahí es nada, o lo que es lo mismo, tender puentes, allanar caminos, o como señala, convertir su función en acelerador de soluciones. Palabras mayores, desde luego, pero que aguantan perfectamente su contraste con la realidad. Se marcha forzado por la llegada de un nuevo gobierno a la Moncloa pero debe quedar claro que lo intentó, muy lejos del egoísmo y la cortedad de miras de otros y con una vocación de servicio público más que demostrada. 

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