Los receptores potenciales de esta compleja intervención son personas con deformidades faciales muy marcadas y que conllevan importantes secuelas psicológicas, sociales y funcionales, como problemas para oler o masticar.
El donante debe ser una persona del mismo sexo que el receptor, edad parecida, similar tamaño de la cara y color de piel y grupo sanguíneo y tejidos compatibles.
Se trata de una cirugía compleja, ya que se trasplantan distintos tipos de tejidos que hay que conectar: músculos, piel, nervios y vasos sanguíneos. Hasta ahora sólo se han realizado siete trasplantes de cara en el mundo, todos ellos parciales: cuatro en Francia, dos en los Estados Unidos y uno en China.
El primero se realizó en Francia, en noviembre de 2005, y la receptora fue Isabelle Dinoire.
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