Se acabó la típica postal del Campo del Sur, el traje de flamenca, o el imán con los tópicos andaluces. El emprendimiento gaditano del sector turístico está evolucionando también en materia del souvenir. Caso de dos apasionados de la cultura, la historia y el patrimonio de la ciudad como son el doctor en Historia, Francisco Javier Ramírez, y el arqueólogo, Juan Miguel Pajuelo, que recientemente han abierto Tripmilenaria Museum Store en pleno barrio del Pópulo, junto al Centro de Interpretación del Teatro Romano.
Se trata de una tienda "cultural" que continúa con el propósito de divulgación del patrimonio gaditano en que se basa su empresa, TripMilenaria S. L, que principalmente trabaja la excavación arqueológica, la puesta en valor de los yacimientos, la musealización, y la gestión integral del Yacimiento Gadir del que se encargan.
Para redondear este proyecto, al que también se unen las rutas guiadas, desde el pasado mes de noviembre pusieron en marcha esta tienda-museo alejada del concepto común del souvenir y con un objetivo más cultural. De hecho, "si entras y no compras nada, puedes ver cosas interesantes como un timeline de la historia de la Cádiz o reproducciones arqueológicas de diferentes épocas", explica Francisco Javier Ramírez.
La tienda tiene cuatro apartados. Uno en el que encontramos el souvenir común, entre tazas, bolígrafos, camisetas o agendas, pero con diseños y logos propios y enfocado más hacia la historia de Cádiz. "Tenemos desde logos de Gadir, pasando por el Teatro Romano, por el Yazirat Qadis medieval, por una torre mirador moderna o sobre La Pepa de la Consittucion de 1812, los grandes periodos históricos de la ciudad". En el segundo encontramos reproducciones arqueológicas propias como por ejemplo una pieza única fenicia que se encontró en el yacimiento Gadir, y que solamente se puede adquirir en esta tienda, un plato de engobe rojo de borde ancho, reproducciones romanas como vasos, jarras o lucernas de Terra Sigillata, reproducidas por ellos mismos.
Después tienen un apartado de reproducción de joyería histórica. "Todo lo que hay son joyas que se han encontrado en diferentes yacimientos de la Península y alguno aquí en Cádiz". Cada pendientes, colgantes, pulseras, o brazaletes tienen alguna relación con la historia. Por ejemplo, unos pendientes de hojas de parra de oro viejo turco que se encontró en Éfeso.
Cuentan además con una muestra de reproducción de numismática con monedas de todos los periodos históricos desde monedas griegas y romanas, pasando por el maravedí del periodo almorávide e incluso algunas muestras de "los famosos duros antiguos que tanto en Cádiz dieron que hablar, los 8 reales columnarios de plata del siglo XVIII de las que todos los historiadores están de acuerdo en que fueron las primeras monedas de uso internacional".
Por último, tienen un pequeño apartado dedicado a la "gastroarqueología que tanto se ha puesto de moda". De tal forma que se pueden degustar los vinos, quesos, patés o el famoso garum que fabricaban los romanos. Esto se mezcla con otra parte como es el "turismo de experiencias" y que Tripmilenaria ha incluido este año como novedad en su paquete de rutas turísticas. Durante un par de horas "el turista, además de visitar la ciudad (el barrio del Pópulo concretamente), siente y vive la experiencia de lo que probablemente fuera el mulsum, el famoso vino fermentado con miel", al que se acompaña con una cata de queso y garum.
Se acabó el típico imán para la nevera, el dedal de colección o la postal de recuerdo, ahora puedes llevarte un pedacito de historia que contar. Sin embargo, estos emprendedores aseguran que queda mucho por hacer en la ciudad, ya no solo por la explotación de nuestro patrimonio sino en el aspecto comercial de este sector, siempre sin caer en el error de centrar toda la economía en el turismo. Ponen como ejemplo el caso de Mérida, cuyas calles de acceso a su museo arqueológico o al famoso teatro están repleta de tiendas de recuerdos del gremios de los artesanos. "Teniendo Cádiz un pasado incluso más esplendoroso que Mérida no está bien explotado, con lo que ello conllevaría para el empleo en la ciudad, con gente que trabaje en comercio, limpieza, vigilancia o guías turísticas" apunta Ramírez.
Por eso, piden mayor implicación y apoyo de las instituciones públicas, no tanto en lo económico como sí desde el punto de vista legal para facilitar las "trabas excesivas" con las que se encuentran. "Yo en vez de abrir una tienda de 45 metros cuadrados parece que he abierto un Media Markt", critica.
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