El jardín de Bomarzo

La voluntad líquida

Este año voy a dedicar más tiempo a hacer deporte, seis veces como poco por semana iré al gimnasio

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"Hemos olvidado el amor, la amistad, los sentimientos, el trabajo bien hecho. Lo que se consume, lo que se compra son sedantes morales que tranquilizan tus escrúpulos éticos; las redes sociales son una trampa"Zygmunt Bauman, sociólogo.

Este año voy a dedicar más tiempo a hacer deporte, seis veces como poco por semana iré al gimnasio, y en mi dieta no faltarán las cinco comidas diarias repletas de verduras frescas y mucha fruta, amigo brócoli y regustosa manzana verde; este 2017 ha de ser el que logre priorizar definitivamente mi tiempo entre trabajo y familia, anoto mentalmente, aprenda a tocar un instrumento de sonoridad muy española, prosigo la lista, quizás algún otro idioma tipo francés o italiano para elevar tiempo entre aeropuertos, sueño viéndome ya entre maletas todo el rato, alejarme un tanto del iPhone y ser mucho menos esclavo del terrible washapp, asiento ante la idea convencido, beber como poco dos litros o más de agua diarios, viéndome ya perfil acedía, dedicar más tiempo a mí mismo para conocerme mejor, ¿sí? ¿mejor?, sonreír más porque relaja tensión facial, ahorrar, convertir la grasa en músculo y entrenar triatlón extreme para terminar cruzando la meta triunfador en la maratón, por ejemplo, de Nueva York... Sudoroso ante tan sublime ajetreo, decido cruzar la línea de entrada del bar de la esquina donde tras el primer trago de cerveza helada, ojuelos cerrados, y una de croquetas rellenas de a saber qué se disuelven los propósitos para mejor año.

Modernidad líquida define, según el fallecido sociólogo Bauman, el momento actual de la historia en el que las realidades sólidas de nuestros abuelos, como el trabajo y el matrimonio para toda la vida, se han desvanecido y han dado paso a un mundo precario, provisional, ansioso de novedades, tendente al individualismo de las personas. "Con nuestro culto a la satisfacción inmediata, muchos de nosotros hemos perdido la capacidad de esperar".

México. Seis años tardó el estadounidense Don Winslow  en escribir El poder del perro, novela negra con trasfondo periodístico donde narra con cruenta realidad tres décadas de narcotráfico entre México y Estados Unidos y cómo los cárteles mexicanos se reparten los más de tres mil kilómetros de frontera entre ambos países para introducir droga procedente de Colombia, Perú y el propio México. Túneles, pasos fronterizos, flotas de aviones y el poder económico brutal que representa abastecer al mayor consumidor del mundo, que es EEUU; así hace la guerra a su vecino fronterizo. Le invade, le suministra y en absoluto le inquieta la posibilidad de un muro, por alto que sea. La novela de Winslow, recomendable solo para estómagos hechos, magnífica, relata una guerra del narcotráfico donde en una década fueron asesinadas más de 100.000 personas, entre ellos 131 periodistas que se atrevieron a contar lo que no debían. A esta guerra se le quiere añadir el muro de la soberbia de un personaje inquietante como este Trump que no presagia nada bueno. No es presidente aún y su nombre circula por todo el mundo vinculado a informes y escándalos, ahondando en la tenebrosidad que le rodea.

¿Cómo un país se ha podido dejar seducir por semejante individuo? Comanchería, excepcional thriller de David Mackenzie y que estos días está en las carteleras de cine, nos enseña ese EEUU profundo, gris y mísero, tejano, armado, granero de votos para ese mensaje obsceno que lleva estos días a alguien como Trump a la Casa Blanca. Quizás sea que la política y sus representantes no son más que el reflejo de la sociedad.

Díaz. De todas las situaciones políticas que se darán en este primer semestre del año es, sin duda, la que afecta al PSOE y su congreso la que más tinta hará correr. La gestora quiere retrasar lo máximo la batalla por el liderazgo para endulzarle el paso a Susana Díaz, que desde hace meses está instalada plenamente en esta batalla. La decisión está tomada, otra cosa es que el trayecto no sea como le hubiese gustado desde un principio y menos teniendo en cuenta que las cuentas generales no salen como quisiera. Su relevo en la secretaría general de Andalucía este año y, más tarde, en la Junta, serán cuestiones sobre las a resolver, aunque nombres como el secretario general de Jaén, Paco Reyes, o el Consejero de Turismo aparecen en todas las quinielas.

La que no está, desde luego, poniéndole alfombras rojas a la presidenta andaluza es la crónica periodística y por alguna razón será. Son ya muchos los análisis demoledores que contra ella se publican y de plumas de gran prestigio nacional, la última esta misma semana en Expansión bajo el título El mito de Susana Díaz y que viene a relatar de manera detallada lo que otros han escrito y no pocos opinan. Desde luego, la relación directa con los medios de comunicación no es su fuerte y de ahí, tal vez, que desde hace un tiempo se proyecte una imagen de ella nada propicia para la aspiración que la mueve. Pero claro, sus expertos de comunicación sabrán, que muchos tiene. Igual creen que basta con subirse al atril a disertar de lo que sea, donde dicho sea de paso con cuatro ideas que la den y sin un papel lo borda.

Plástico. La empresa sevillana Fleshlight International, con sede en Dos Hermanas, ha presentado su balance de 2016 con un 26 por ciento de aumento con respecto al año anterior, cuando aumentó un 20 con respecto al 2014, que aumentó un 28 sobre el 2013, que aumentó un 40 sobre el anterior... Es una de las mayores productoras mundiales; 12,5 millones de euros de facturación, siendo sus picos de venta en otoño e invierno ante la disminución en estas épocas de relaciones personales. Produce consoladores masculinos, con código de barra andaluz, y distribuye por medio mundo. En esto Andalucía destaca.

En resumen, arranca este 2017 entre los habituales y efímeros propósitos que duran lo que la voluntad se licúa en cerveza maridada con croquetas, la reflexión sociológica de valores fundamentales perdidos ante el vértigo de lo inmediato y de un desmedido consumo, el caos de un mundo loco donde personajes mediocres y siniestros se han hecho con el control del botón rojo y amenazan con pulsarlo para que todos saltemos por los aires, trifulcas políticas de unos y otros, siempre las mismas, para medrar y hacerse con el poder y el dato que certifica la sospecha creciente de que el consuelo vive cada día más en la mesita de noche. Todo unido, un desastre.

Bomarzo

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