Navair ya ha salido del túnel y empieza a remontar el vuelo. La entrada de tres nuevos accionistas a final de 2014 -Javier López Rubio, Pilar Ruiz y Julio Casas- que tomaron la mayoría de la empresa pero manteniendo en el capital y la gestión a los hermanos fundadores -Alberto y Olivier Simon- ha comenzado a dar sus frutos. La pyme sevillana, una de las escasas en Andalucía que tiene presencia no sólo en aeronáutica sino también en el sector Espacio, ha abierto este mes de septiembre una filial en EEUU para crecer de la mano de Airbus.
Una apuesta en la que se van a invertir 3,7 millones y que es la segunda en internacionalización del grupo, tras la emprendida en México que terminó con la liquidación de esa filial. Ahora, con el respaldo de los nuevos socios que aportaron 850.000 euros entre fondos y préstamos a final de 2014, Navair va a adquirir un hangar en las proximidades de la línea de ensamblaje final de aviones civiles que Airbus tiene en Mobile (Alabama).
El objetivo, según explica Pilar Ruiz, consejera delegada de Navair, es ofrecer servicios de MRO (mantenimiento y reparaciones) para los modelos de aviones militares de Airbus que funcionan en el servicio de guardacostas estadounidense -el CN235-, pero también los C295 que operan varios países americanos.
También quiere ofrecerse para las flotas del avión de la familia A320 de Airbus, que se ensambla en Alabama (el primero salida de esta factoría se entregó justamente esta semana). “Somos pequeños pero flexibles, y tenemos las mismas certificaciones en Europa y EEUU que empresas mucho mayores”, resume la directiva sevillana.
Ruiz detalla que Navair es la propietaria del 51% de Navair USA, mientras que el resto del capital está en manos de socios locales estadounidenses. “Queremos abrir allí todas nuestras líneas de negocio”, añade. Es decir, el negocio de Defensa ligado al ejército de Tierra pero también a la Marina española.
Contratos
De hecho, Navair ha renovado a inicios de este año el acuerdo con Navantia para seguir siendo el suministrador de consolas en las que se ensamblan equipos para buques militares. Las primeras derivadas del nuevo acuerdo serán despachadas a la empresa pública española en este final de año.
La actividad espacial también está bien encauzada mediante dos nuevos contratos firmados el año pasado con clientes de Rumanía y España (la firma Crisa). “El último año y medio ha sido duro, de reestructuración financiera, modernización tecnológica y redistribución de tareas, pero ahora estamos ya en una nueva fase de crecimiento”, resume Ruiz.
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