Ni malos ni cuentos que desentonen a unos lobos que más que miedo encantan -y de qué manera- bajo la luna llena que los alumbra
Ni malos ni cuentos que desentonen a unos lobos que más que miedo encantan -y de qué manera- bajo la luna llena que los alumbra.
Un tipo ajustado al límite que le cantan las cuarenta a “un alcalde que ha mamado la fiesta” y que ha dejado en “manos a un Patronato mafioso”.
Y es que en este Carnaval, al parecer, “el problema son las Piconeras”. Afilan las garras que sacan en cada cuarteta dentro de un bosque que encandila a un Falla entregado, ante los mordiscos que pegan. Complicado lo tendrá Caperucita para justificar su bondad oyendo al malo.