Cuando se haga mayor lo llamarán Señor. Y lo sabe. El Canijo vuelve a reinventarse con un tipo de Niño Jesús que sirve para saber más divino que nunca. “Cádiz que da gloria de verte a pesar de las heridas”.
El gaditano que nace, vive y se resucita deseando que Cádiz “se levante y ande”. La corona de espina encuentra su destino con la similitud en las vallas para parar emigrantes.
Final de pasodoble apoteósico. Deseando que Kichi, por fin, se planche las camisas. Sí que tiene fe. El público lo despide puesto en pie al grito de “chirigota, chirigota”. A gloria.
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