Ferrer (Barcelona, 1920) fue ingresado ayer por la mañana en un hospital de Vellore (sur), al que fue trasladado en ambulancia desde la localidad de Anantapur, donde convalecía desde el viernes tras sufrir un infarto cerebral.
“Ha presentado mejorías y ha recuperado la conciencia en ocasiones. Ha respondido a su familia con gestos y sonrisas. Su estado sigue siendo crítico, pero sus constantes vitales se mantienen estables”, dijo a Efe la portavoz, Dunia Beltrán.
Los médicos aseguran que el proceso de recuperación del emblemático luchador de los pobres será largo, por lo que decidieron junto a su familia trasladarle a un hospital mejor equipado y especializado en neurología, afirmó Beltrán.
Ferrer llegó a la India por primera vez como misionero jesuita en el año 1952 y ha dedicado más de cinco décadas de su vida a erradicar el sufrimiento de los más necesitados del país.
Aunque fue expulsado de la India en 1968 porque su labor generó suspicacias entre las clases dirigentes, Ferrer volvió al país sólo un año después y se instaló en Anantapur, uno de los distritos más pobres, para continuar su lucha por los más desfavorecidos.
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