La Piedad se hace hombre en la Iglesia de Santiago cada Martes Santo. A las 18.50 horas empezó a salir el cortejo que tiene la Carrera Oficial más cerca de su sede canónica. Capirotes negros que avanzaban para dejar paso a uno de los misterios más románticos de la Semana Santa de Cádiz. Sonó la marcha Piedad, interpretada por la Banda de Música Maestro Dueñas, pero no se pudo escuchar como merece porque el público de la plaza no guardó silencio en ningún momento. Inmediatamente después, la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo de la Victoria de León, empezó a tocar las primeras notas. Buen trabajo el del capataz Manuel Ruiz Gené y su cuadrilla, que demostraron una vez más su maestría al portar con suma elegancia uno de los pasos más complicados de cuantos hay en Cádiz. Tras el misterio, el cortejo que precedía a la Virgen de las Lágrimas. En torno a las 18.10 horas el palio de cajón empezaba a salir de Santiago portando a la bella dolorosa obra del imaginero Francisco Buiza Fernández. La sobriedad y seriedad se han convertido en las principales señas de identidad de esta hermandad tanto en la calle como en su vida interna, porque hay que destacar el maravilloso altar de cultos con el que nos obsequió durante la pasada Cuaresma. Un cortejo que llama la atención por ser uno de los más cuidados que desfilan en Cádiz. Entre esas novedades habría que señalar la nueva mesa para el paso del Señor.
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