El documental del gaditano Carlos Carliqui Redondo, Doce pares de botas, que ya se estrenara con notable éxito de crítica y público dentro de la sección Cádiz Produce en el marco de la 45 edición del Festival Alcances, Muestra Cinematográfica del Atlántico, volverá a ser exhibido hasta en tres ocasiones este fin de semana, esta vez no por amor al séptimo arte y sí por amor al prójimo.
Doce pares de botas se proyectará en el Baluarte de la Candelaria a beneficio de las Hermanas de la Cruz, el sábado 5 de octubre en doble sesión, a las 18.30 y a las 20.30 horas y el domingo 6 de octubre a las 12.00 horas y por el módico precio de un kilo de comida, “o más”, apunta Carliqui Redondo, haciendo hincapié en que “hace falta aceite, leche, colacao, galletas, latas de atún, de tomate,etc, pero por favor, que no se traigan lentejas, garbanzos o pasta, que de estos alimentos hay exceso”.
Todos los alimentos recaudados a la entrada del recinto, como ya se ha expuesto, irán destinados a las Hermanas de la Cruz, las cuales que reparten sus alimentos diariamente a familias necesitadas de Cádiz.
Redondo agradece su colaboración en esta iniciativa a la Fundación Municipal de Cultura, a Sonido 5 y Juan Ramón, a Los Cucas, los cuales tras las sesiones del sábado interpretarán los dos de los temas que forman parte de la banda sonora del documental, 'Tú no te rindas' y 'Despierta tus sentidos', y a todo el equipo de producción de la cinta.
Cabe recordar que el documental versa sobre la historia de un grupo de jóvenes amigos integrantes del modesto equipo alevín gaditano AD Tiempo Libre, desbordados ante un acontecimiento como es el Mundialito de Portugal 2013 y de cómo vivieron su participación en dicha competición, con sus alegrías y sus decepciones.
Doce pares de botas y su creador, Carlos Redondo, pretenden con esta iniciativa demostrar que el cine documental, además de entretener y conmover, es capaz de obtener del público que acuda a las proyecciones un gesto solidario, un kilo o más de alimentos, que es el precio de una entrada que si bien no quita el hipo, sí podrá quitar hambre. O sea, todo un puntapié a la miseria y un gol por la escuadra a la necesidad.
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