Buen ejemplo de lo dicho puede ser Flamenka, con tienda en la calle Honda, cuya propietaria, Rocío González, explica que “la verdad es que no se está notando la crisis. Desde que desfilamos en la Pasarela Flamenca el pasado 14 de febrero ha habido un repunte de las ventas”. Tanto que, como media, puede vender dos o tres trajes al día (sábados inclusive), cuyos precios oscilan entre los 500 y los 1.000 euros. Además, Rocío incide en que “las jerezanas no se fijan en el precio, sino en el traje que verdaderamente les gusta”. Eso sí, una vez elegido, “rara es la que me lo paga al contado”.
En cambio, a pocos metros, se encuentra Micaela Villa que, a pesar de vender trajes a precios más económicos (entre 99 y 300 euros, más el mantoncillo y la flor de regalo), sí nota ligeramente el tijeretazo de la recesión económica, aunque su encargada, Sonia Millán, recordó que debido a su cercanía con el teatro Villamarta siempre hay alguna ‘guiri’ que cae en la tentación de los volantes.
Donde hay más unanimidad es en los comercios textiles del centro, ya que todos aseguraron que las ventas de tela para confeccionar trajes de flamenca se siguen estando muy bien. En Galerías Madrid, junto a la plaza de abastos, recordaban ayer -con la caja llena de clientas para pagar- que “no nos podemos quejar. Vamos, que si el pasado año vendimos el 100%, éste venderemos un 85%”, aseguró el encargado, Antonio Lomas. Asimismo, tanto en Tejidos El Metro como en Tejidos Anguita, aseguraron que “para hacerse el traje de flamenca todo el mundo tiene dinero”. Además, la encargada de El Metro, Herminia Gil, recordó que es a partir de ahora cuando empieza su temporada alta.
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