“Me aburro de arrastrar maletas de una ciudad a otra”. Con esas palabras comenzaba una conversación con este medio la gran actriz María Luisa Merlo, que mañana estará en Cádiz con ocasión de la representación en el Gran Teatro Falla de la obra Amores de Fábula a partir de las 21.00 horas.
El aburrimiento referido no es tanto por lo que toca hoy en día sino por la añoranza de lo que fue en el pasado el hecho de actuar en una ciudad como Cádiz. “Antes venía a Cádiz para cuatro días, con la compañía de mi ex (Carlos Larrañaga), y con mis hijos. Solíamos alojarnos en el Parador Atlántico o ese hotel de la playa (hotel Playa Victoria) y al pasear por la zona los gaditanos nos paraban para pedirnos autógrafos, todos son hermosos recuerdos”, señala la veterana actriz.
La vinculación de María Luisa Merlo con Cádiz comenzó mucho antes de aquel 1967 en el que representó con la compañía de Larrañaga la obra La tercera palabra en el Teatro Pemán del Parque Genovés, “mis padres ya me llevaban a Cádiz de pequeña, con mi tata”, recuerda Merlo. En la actualidad no ha perdido sus lazos con Cádiz y no es raro verla visitando a su gran amiga Chelo García en Sancti Petri.
En lo que es la obra en sí, Amores de fábula no es más que un homenaje al amor, recorriendo la obra algunas de las más conocidas escenas de amor del teatro y la lírica española y de la narrativa salidas de las plumas de Garcilaso, Quevedo, Góngora, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Espronceda, Bécquer o Zorrilla.
Para la ocasión, con el texto “que entra muy fácil y que pasa de la prosa al verso con suma suavidad”, adaptado por Eduardo Galán y bajo la dirección de Alejandro Arestegui, María Luisa Merlo se acompaña del no menos grande hombre de tablas Juan Calot, “un actorazo y gran amigo mío. Lo conozco desde yo tenía diez años y él, cuatro”, afirma la dama de la escena del actor con el que trabajará codo con codo por primera vez en teatro, aunque ya trabajaran tiempo atrás en Estudio 1. De Calot, todo lo que sale de la boca de María Luisa Merlo suena a halago sincero, “Juan representa la honestidad, la verdad y es un gran compañero, primero con la persona en escena y después con el público”.
Merlo, que desprende tanta simpatía como talento, se despide con una declaración de humildad solo al alcance de las personas que poseen su grandeza, ya que de representar mañana Amores de Fábula en Cádiz vuela hacia La Coruña para representar el domingo la obra Villa Puccini, “estoy entrenada y los textos no guardan muchas similitudes, así que no me hago un lío”, dice entre risas. Y con un piropo a Cádiz y a su gente, pone la guinda a la conversación: “Espero que Amores de Fábula tenga éxito aquí, ya que el de Cádiz es un público acostumbrado al teatro, abierto y educado”.
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