El Vaticano así lo aseguró en su respuesta a las críticas lanzadas por el primer ministro irlandés Enda Kenny, que el pasado mes de julio les acusó de intentar “frustrar una investigación en una república soberana y demócrata” y de haber alentado a los obispos de su país a no denunciar los casos de curas pederastas.
La Santa Sede señaló que “en ningún momento intentó interferir con la Justicia irlandesa o impedir a las autoridades civiles que ejercieran su labor” y rechazó, asimismo, la acusación de que entorpeciera los esfuerzos de la Iglesia de este país a la hora de afrontar los abusos sexuales sobre menores cometidos por sacerdotes.
En este documento, entregado ayer por el subsecretario vaticano para las relaciones con los Estados, Ettore Balestrero, a la primera secretaria de la Embajada irlandesa ante la Santa Sede, Helena Kehler, la Santa Sede expresó su “horror” por los casos de abusos que sucedieron en la diócesis de Cloyne.
En esta línea, expresó su “vergüenza” y pidió perdón a las víctimas de los mismos y a sus familias por el “terrible sufrimiento” infligido y reconoció las dificultades que supuso abordar con las autoridades su “traumática experiencia”.
Asimismo, la Santa Sede se declaró “profundamente preocupada” por de graves errores en la gobernanza eclesiástica de la Diócesis de Cloyne y en el mal manejo de las acusaciones de abusos revelados por el informe elaborado sobre dichos casos por la Comisión de Investigación del Gobierno irlandés.
Subrayó que el informe ha sacado a la luz “graves e inquietantes errores en el modo de afrontar las acusaciones”.
Y destacó que es especialmente preocupante que estos sucedieran a pesar de que los obispos y los superiores religiosos hubieran adquirido el compromiso de aplicar las líneas guía desarrolladas por la Iglesia de Irlanda para garantizar la protección de los menores y pese a las procedimientos establecidos por la Sant Sede en los casos de abusos.
Este documento elaborado por la Santa Sede llegó después de que el pasado 25 de julio el Gobierno irlandés dijera que continuaba esperando una respuesta oficial del Vaticano respecto al informe sobre abusos en la diócesis de Cloyne.
Ese mismo día, la Santa Sede había llamado a consultas al nuncio (embajador) en Irlanda, Giuseppe Leanza, tras las acusaciones de Kenny.
El pasado 13 de julio el Gobierno irlandés publicó un nuevo informe de 400 páginas sobre abusos sexuales cometidos contra menores en la diócesis de Cloyne por 19 clérigos.
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