En silencio, fuera del cartel de favorito, ni siquiera candidato, Países Bajos ha hecho historia y por primera vez en la competición se sitúa en la final de la Copa Davis que jugará contra Australia o Italia.
El combinado neerlandés al que acompaña el tradicional séquito ruidoso y festivo en cada evento deportivo ha hecho suyo en el Palacio de los Deportes Martín Carpena el lugar que tenía planeado España, con Rafael Nadal como centro de la atención, como protagonista casi absoluto.
Pero uno tras otro, Países Bajos se ha encontrado un sitio en la final. En sus 104 años de andadura por el evento nunca había llegado tan lejos. Después de imponerse a España en los cuartos de final igualó su mejor resultado en la Copa Davis, las semifinales que ya hizo suyas en el 2001.
La historia no favorecía al combinado de Paul Haarhuis que, además de transitar hacia terreno desconocido, tenía adversa el cara a cara con el equipo germano con el que mantiene una tradicional rivalidad en cualquier deporte. Es un derbi el choque entre neerlandeses y alemanes, siempre que coinciden en un evento atlético. Nunca se habían medido desde que la Copa Davis cambió de formato. Es la primera vez que ambos equipos se miden en una eliminatoria al mejor de tres partidos y la segunda que lo hacen en canchas duras cubiertas después de cuando coincidieron en los cuartos de final del Grupo Mundial de 1995, en Utrecht.
Alemania pagó la ausencia de Alexander Zverev, el número dos del mundo que rechazó reforzar a su selección en este momento clave para preparar la temporada próxima, el Abierto de Australia, después de la neumonía que le condicionó en los últimos meses.
La baja de Zverev debilta a Alemania que reduce su margen de error. Si tropieza su número uno, como esta vez, Jan Lennard Struff, queda en el alambre. ES lo que sucedió. Y Países Bajos, con el capitan Paul Haarhuis y Tallon Griekspoor y Botic van de Zandschulp como primeros espadas, lo aprovechó. Además cuenta con la garantía de Wesley Koolhof para el dobles tal y como demostró frente a España. Está en su cuenta atrás el doblista que se retirará al final del evento. Jesper De Jong completa al equipo neerlandés.
En las eliminatorias de este año, Holanda derrotó a Suiza por 3-2 en Groningen para asegurar su lugar en la final. Tallon Griekspoor registró victorias individuales contra Marc-Andrea Huesler y Leandro Riedi, mientras que Botic van de Zandschulp completó la remontada del equipo de 1-2 al derrotar a Huesler en el partido decisivo de individuales.
Ante España fue Botic Van de Zandschulp el que se erigió en héroe. Ganó sus puntos, ante Nadal y el dobles. Solo tropezó Tallon Griekspoor, superado por Carlos Alcaraz. Frente Alemania no necesitó llegar al último punto. Van de Zandschulp resistió el empuje de su rival y sacó adelante el partido. Griekspoor, por fin consiguió su primer triunfo y tal como hizo en el Abierto de Australia hace dos años, venció a Struff, el alma germana.
Ha sobrepasado las expectativas Países Bajos que se adueñó de la fiesta de España. Estará el domingo en la final. Contra Australia o Italia. Irá de tapado, como hasta ahora, con el factor sorpresa de su lado. Pero con todo por lograr.
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