En rueda de prensa, varios doctores han considerado "insuficiente totalmente" la regulación sobre el uso de estos aparatos, cuyo peligro han comparado con el del tabaco, y han pedido que solo los mayores de edad puedan utilizarlos.
"El tabaco es al pulmón como el rayo ultravioleta es a la piel", ha dicho el doctor Carlos Guillén Barona, del Servicio de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología.
El riesgo de esos aparatos tiene mucha "similitud" con el efecto cancerígeno del tabaco, según se ha remarcado en el simposio internacional de hoy sobre avances del diagnóstico y tratamiento del cáncer de piel organizado por la Fundación Ramón Areces.
Ruiz, de la Clínica Ruber de Madrid, y Guillén han coincidido en que "no existe ningún control" sobre qué información y consejos previos reciben los usuarios sobre el bronceado artificial, por lo que han defendido que haya un "consentimiento informado".
Han insistido en que hay muchos adolescentes y jóvenes "enganchados" a las cabinas de rayos ultravioletas y han defendido que los menores no puedan usarlas.
Igual que las cajetillas del tabaco llevan ahora unas imágenes "alarmantes" sobre los efectos del tabaquismo en los pulmones, Guillén ha reclamado algo "parecido" para las cabinas, es decir "medidas estatales" para que se informe al menos sobre que no son inocuas y pueden tener repercusiones para la salud.
Entre los avances, han destacado los tratamientos personalizados con fármacos para las denominadas "dianas terapéuticas" del melanoma maligno, aunque muchos de ellos están en fase de ensayo clínico y tardarán uno o dos años en poder aplicarse, según el jefe de Anatomía Patológica del Hospital 12 de Octubre de Madrid, José Luis Rodríguez Peralto.
Se trata, en definitiva, de una "personalización" de la quimioterapia del melanoma en función de su genética, de forma que disminuyen los efectos secundarios y se aumenta la eficacia en el tratamiento.
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