“Llevaba bastante tiempo planteándome un cambio de vida, y un buen día me di cuenta de que realmente lo único que había que hacer era fijar una fecha”, explica Barrio. La idea le daba vueltas en la cabeza desde que hace unos trece años llegó a sus manos el poema Instante, falsamente atribuido a Jorge Luis Borges.
“En el poema un viejo moribundo se lamentaba de no haber exprimido la vida lo suficiente. Pues bien, aquí estoy, exprimiendo la vida, para no arrepentirme más adelante”, sentencia. Desde el inicio de la travesía ha viajado siguiendo un recorrido diseñado para vivir permanentemente en verano.
Cruzó Europa hacia los Balcanes, subiendo a Rusia por Ucrania. Recorrió el sur del gigante caucásico y se adentró en Kazajistán. Luego pasó a Kirguizistán en el corto periodo que permanece transitable el Paso de Torugart, fronterizo con China. Vino después Pakistán, India, Nepal y todo el sudeste asiático.
Tras un breve paso por Australia se subió a un avión con Fefa y llegó a Argentina, su primera parada en tierras latinoamericanas. Conoció la Patagonia antes de encaramarse por la caprichosa geografía chilena hacia el desierto de Atacama, donde cruzará a Perú para seguir por la costa del Pacífico hasta Estados Unidos.
Bajará de nuevo hasta Argentina, esta vez pegado al Atlántico, y fletará la moto a África para recorrer ese continente y Oriente antes de regresar a España por el verano de 2012.
Su primer año de andanzas no ha estado exento de situaciones peligrosas o experiencias poco recomendables, aunque Barrio ha conseguido salir airoso de todas ellas. Recuerda como en Pakistán pagó “una pequeña fortuna” a unos porteadores para que lo ayudaran a pasar la moto por un río desbordado que se había llevado por delante un puente; todo se complicó con la irrupción de unos “invitados” inesperados.
“Aparecieron -cuenta- unos talibanes y reclamaron parte del salario. Surgieron palos, piedras, garrotes de hierro. Tuve que salir huyendo y luego curar a tres heridos con lo poco que tenía en el botiquín, que obviamente era mucho más de lo que tenían ellos”. Rememora también el día en que estuvo a punto de sufrir un accidente en la India, después de que un hombre desesperado se abalanzara sobre su moto en plena autopista.
“Surgió de los arbustos de la mediana un mendigo sin piernas que parecía un monstruo, dando saltos sobre las palmas de las manos. Se tiró a mi moto gritando como un loco, intentando que lo atropellara para cobrar una indemnización”, recuerda.
La India es el país que más ha impactado a este intrépido aventurero. "No puedes quedar indiferente ante ese país", asegura. En ciudades como Bombai, Nueva Delhi y Goa, Barrio observó con asombro “la extrema pobreza, la superpoblación, la falta endémica de higiene, la forma asombrosa de sentir indiferencia por la muerte”.
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