Blanco se manifestó así después de que Benedicto XVI haya justificado el uso excepcional del preservativo en situaciones como la prostitución.
Según el presidente del Foro Español de la Familia, el uso del profiláctico reduce las posibilidades de contagio para los que “asumen voluntariamente conductas de riesgo”, pero para luchar contra el sida y las enfermedades de transmisión sexual sólo vale la “abstinencia y la fidelidad”.
Para Blanco, esta abstinencia que defiende su organización es “la estrategia internacional ABC, que es la que recomienda la comunidad científica, y que es, más o menos, lo que dice el Papa”.
En ese sentido, las prostitutas asumen “un riesgo voluntario de transmisión de todo tipo de enfermedades” y, en esos casos, según Blanco, resulta “mejor que se minimice el riesgo de transmisión utilizando el preservativo o lo que se les ocurra”.
“Nosotros defendemos un sentido responsable de la sexualidad, que debe ir vinculada a la relación estable entre hombre y mujer, y abierta a la vida”, concluyó.
La Federación Estatal de Lesbianas, Gays y Transexuales (FELGT) aseguró ayer que las palabras del Papa Benedicto XVI sobre el uso del preservativo suponen un “avance positivo” para la sociedad, aunque las ha considerado “tímidas e insuficientes”.
En declaraciones a EFE, el responsable de Salud de la FELGT, Rubén Sancho, explicó que la justificación de la Iglesia sobre el uso excepcional del preservativo es “importante”, ya que “por primera vez en la Historia” reconocen que el condón es un material sanitario eficaz.
Asimismo, Sancho señaló que las palabras del Pontífice también desvelan que el Vaticano asume que el preservativo “puede jugar un papel relevante en la respuesta a la epidemia por VIH, cosa que contradice la doctrina oficial católica”.
No obstante, criticó que el mensaje de la Iglesia es “tímido” e “insuficiente”, y que mantiene una “visión muy negativa y excluyente” de la sexualidad humana.
En este sentido, reconoció que desde la FELGT echan de menos palabras “más atrevidas” y una actitud mucho más activa ante el control de la epidemia del sida.
“Creemos que la oficialidad de la Iglesia Católica y el resto de las confesiones religiosas pueden y deben jugar un papel más activo y positivo en la respuesta a la infección por VIH que pasa, entre otras cosas, por reconocer el valor intrínsecamente positivo de la sexualidad humana y la diversidad en las formas de vivencia”, concluyó el responsable de Salud.
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