La Parroquia Castrense del Santo Ángel Custodio de Cádiz, situada en la Plaza Fragela, debería haber cumplido el próximo 31 de julio un año de su reapertura tras haber pasado los últimos seis sometida a una intensa rehabilitación no exenta de contratiempos que en esa jornada quedaron en el olvido. Para festejarlo, las nueve imágenes que tienen su sede en esta iglesia fueron trasladadas desde Santa Catalina, donde estuvieron durante la obra, hasta su casa, la Castrense, en un cortejo muy especial por las calles de Cádiz. Entre ellas se encontraba el Cristo de la Expiración, que fue portado en una parihuela tumbado, y la Virgen del la Victoria, Dolorosa del Viernes Santo. Esta cofradía celebraba además su besamanos en esta fecha tan señalada en el calendario, a la que después le siguieron sus triduos anuales. Casi 365 días después, cuando por fin la normalidad parecía instalada en el templo, las perspectivas no tienen nada que ver con lo que la hermandad se había imaginado. La caída de parte de la cúpula exterior el pasado 7 de junio, en un suceso que afortunadamente se saldó sin daños personales, y que sorprendió a la hermana mayor de la Hermandad de la Expiración, Elisa Montero, en su interior con otras dos personas, tiene en el aire toda su programación. Los cultos de la Virgen de la Victoria empiezan el 5 de agosto, con el besamanos y el pregón, y del 12 al 14 serán los triduos y el rosario. Sin embargo, a estas alturas, tal y como explica Montero, “no sabemos si vamos a poder hacerlo”.
Lo que queremos es saber a qué atenernos para poder intentar buscar otro sitio”, señala la hermana mayorDespués de las obras de emergencia que acometió el Ayuntamiento de Cádiz al día siguiente del siniestro, la iglesia permanece cerrada, y el párroco, que tiene su casa en ese edificio, también ha sido trasladado a otro inmueble por prevención. Desde que concluyeron estos primeros trabajos, que ahora tiene que completar el Ministerio de Defensa, en la parroquia no ha habido movimiento, y a la hermandad tampoco le ha llegado nada de forma oficial de los próximos pasos a dar. De hecho, lo único que han conocido ha sido a través de la reciente publicación de VIVA CÁDIZ que anunciaba que Defensa ya tenía listo el proyecto para completar la segunda fase de emergencia y dar estabilidad y seguridad al edificio, y que esta actuación empezaría en breve con una duración de un mes.
“Nadie nos ha dicho nada y nuestro párroco está de baja médica. Si las obras duran un mes, como se ha publicado, entre que es julio y aún no han empezado, no nos va a dar tiempo. No sabemos si podemos hacerlo dentro, aunque no sea en el altar mayor, o si nos darían permiso para entrar y trasladar la imagen para los cultos”. De darse este último caso, tendrían que buscar una sede provisional y Santa Catalina, tras un año de abandono, está descartada “porque está en muy malas condiciones”. “Lo que queremos es saber a qué atenernos para poder intentar buscar otro sitio”, señala, mientras espera que el compromiso del alcalde, Bruno García, para intermediar, fructifique y tengan información oficial sobre qué hacer.
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