Cádiz

Cádiz rociera

El 20 de mayo de 1981 marcó un antes y un después en Cádiz para los romeros gaditanos

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  • La Hermandad del Rocío saliendo de San José el pasado martes. -

Hoy es lunes de pentecostés. Los cristianos están de festejo, pues se celebra uno de los grandes acontecimientos de su arraigado calendario. La fiesta es múltiple porque no solo se celebran los cincuenta días después de la Pascua, donde se pone fin al periodo pascual. Se conmemora también la grandeza de la que es una de las tres devociones más importantes de Andalucía. Evidentemente una cosa lleva a la otra y la clausura pascual es lo que da pie a la romería de Almonte para con la Virgen del Rocío. Hace un año, la Reina de las Marismas acometía una salida un tanto accidentada, donde uno de sus varales se rompía justo cuando se encontraba a la altura del Simpecado de la hermandad rociera de Cádiz. ¿Casualidad? Hoy quiero dedicar mi tribuna libre a esta querida hermandad del Rocío de Cádiz. Un logro para un colectivo que cada día muestra su grandeza en los corazones de su gente y en sus actividades. Aunque hay documentos que acreditan una historia de ésta hermandad desde el año 1939, según sus archivos, no es hasta el año 1.979 cuando una vez terminada la Romería, apareció en la prensa de Cádiz, una nota invitando a los Rocieros de la capital gaditana a reunirse en la peña flamenca “Enrique el Mellizo”, con el fin de intentar darle forma a una nueva Hermandad del Rocío.

Desde entonces, todo ha sido un sueño que ha ido haciéndose realidad a sones de tamborileros y flautines celestiales. Dicen los archivos de esta corporación, que a esta reunión de la peña flamenca concurrieron 100 personas, los cuales fueron dirigidos por Antonio Sánchez y presididos por un cuadro de la Virgen, llevado exprofeso por Antonio Castellano. Con esta lámina de la virgen cual si de un Simpecado se tratara, acuerdan sentar las bases para una futura Hermandad, funcionando desde ese momento como Junta Pro-Cultos o. Fue el 20 de mayo de 1.981 cuando el Obispo de Cádiz y Ceuta, D. Antonio Dorado firmó el Decreto de Erección Canónica. Todo el  trabajo desarrollado por la Junta Organizadora había dado su fruto. La noticia fue recibida con júbilo por parte de los novedosos rocieros gaditanos, que daban gracias a la Madre de Dios por formar parte de los que la alaban por generaciones en una Hermandad.

Tuvo que ser tan esplendoroso como histórico, el momento en el que el nuevo Simpecado se bendecía en un improvisado altar montado por Jaime Zaragoza y Diego González en la Parroquia de San José.  Cádiz es una ciudad difícil para la devoción rociera, como lo es para adoptar otras tantas fiestas o tradiciones, tal vez heredadas de otras poblaciones andaluzas como ferias o determinados acontecimientos taurinos. Sin embargo, a pesar de ser una hermandad prudente y humilde en muchas cosas, algo tienen los rocieros de Cádiz que cautivan y enamoran. Pues ante las adversidades siguen creciendo y cautivando a nuevos romeros y devotos de la virgen.  Si la Reina de las Marismas quiso llegar hace un año hasta el regio Simpecado de la hermandad rociera de Cádiz, fue sencillamente para festejar, valorar y dar gracias, a más de 40 años de devoción y fidelidad.  

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