José Ignacio García, jerezano de 35 años, se vio obligado a dejar el Parlamento en 2018 porque la Cámara consideró que la recién conseguida plaza como orientador en un instituto isleño era incompatible con la actividad institucional durante al menos el primer año. Ahora, tras la renuncia de Teresa Rodríguez, de acuerdo a su compromiso de desempeñar un cargo público durante ocho años, retoma la responsabilidad parlamentaria con el reto de redoblar esfuerzos en la batalla para defender los servicios públicos “que nos roba Juanma Moreno” y hacer frente a la “contrarrevolución fiscal” que beneficia a ricos, mientras que “la alimentación saludable, comer carne, pescado y frutas y verduras frescas”, es imposible para cada vez más andaluces. Fuera del Pleno, García tiene también el desafío de demostrar que, sobre los personalismos, Adelante cuenta con un proyecto sólido.
Kichi, Teresa Rodríguez... ¿habrá más salidas?
–No creo que vaya a haber más, pero se vislumbra que esto es un proyecto colectivo y fuerte porque trascender a los liderazgos, liderazgos tan valiosísimos como son los de Kichi o Teresa, es un síntoma de fortaleza.
¿Ha habido discrepancias en la dirección de Adelante sobre la decisiones de ambos?
–Sería ingenuo y absurdo no tener vértigo ante esta situación, con la salida de Kichi y Teresa, personas tan imprescindibles que han hecho una labor esencial de apertura del espacio político de Adelante. Los cambios siempre dan miedo en todas las facetas de la vida, pero no quiere decir que se haya cambiado a peor.
¿No valoró Teresa Rodríguez un tercer mandato excepcional por la crisis con IU y Podemos?
–Claro que se ha valorado y se ha puesto sobre la mesa la cuestión de cuándo es el mejor momento para hacer la transición, aunque Teresa va a seguir siendo la líder de Adelante. Pero estar en primera línea de la política institucional o llevar una Alcaldía cansa y, como bien ha explicado Tere, te hace perder capacidad de generar pasión, de tener ilusión. Es importante, antes de que el desgaste sea mayor, dar un paso para empezar a hacer el relevo y el futuro dirá.
¿Será Teresa Rodríguez la candidata en las elecciones generales?
–Ella ha dicho que el objetivo no es ese, sino ir generando nuevas personas para que sean conocidas por la mayoría de la gente. Tenemos muchas que podrían liderar la candidatura que cuando la gente las conozca van a flipar. Pero queda muchísimo para elegir la candidatura.
La propia Teresa Rodríguez ha hecho referencia a eso, a que cuenta con portavoces estupendos por descubrir. ¿Te das por aludido?
–Asumo la portavocía en el Parlamento con humildad, responsabilidad y la pasión que tengo por intentar transformar Andalucía, pero no creo que se estuviera refiriendo exclusivamente a mí. Tenemos gente con mucha capacidad, como David de la Cruz, un tío increíble que va a coger el relevo de la Alcaldía de Cádiz, o Sandra Heredia, candidata en Sevilla, que va a ser la gran sorpresa.
En 2018 estuviste obligado a dejar el Parlamento. ¿De qué te ha servido este periodo?
–En ningún momento he dejado la política, es algo que he hecho desde adolescente. Por la mañana trabajo en el instituto y por la tarde hago mis labores en la dirección de Adelante. Estos años fuera del Parlamento me han servido para oxigenarme. El Parlamento es un sitio al que le falta oxígeno, el ambiente está un poco viciado y como te pegues mucho tiempo ahí, te acabas creyendo que eso es la realidad. Y el Parlamento no es Andalucía, por suerte Andalucía es mucho mejor que el Parlamento. Salir de ahí, ganarte la vida todos los días con tu trabajo normal y corriente te hace ser más consciente de la realidad. Además, he crecido mucho a nivel profesional, precisamente con el alumnado más vulnerable, lo que me ha hecho ser más consciente de las necesidades del sistema educativo andaluz y cómo otros servicios públicos requieren un cambio radical con respecto a lo que está haciendo este Gobierno.
Adelante es la alternativa a quienes Pedro Sánchez y Pablo Iglesias les ha decepcionado y no quiere PP”
Te encuentras, en cualquier caso, con un Parlamento radicalmente distinto, con una mayoría absoluta del PP. ¿Será complicado el reto?
–Es complicado. El resultado de las últimas elecciones andaluza no nos gustó. El panorama es diferente, pero no creo que Andalucía se haya derechizado, ha sido una reacción natural al hartazgo en los últimos años a gobiernos que se decían de izquierdas y no cumplían. El PP ha sabido ocupar los espacios políticos vacíos muy inteligentemente, pero se le empiezan a ver las costuras con temas como la inflación, los problemas de la sanidad o la bajada de impuestos a las grandes fortunas. Mi objetivo en el Parlamento es abrir puertas y ventanas y que entre un poquito del aire de la gente normal y corriente.
Adelante ha advertido del avance de la ultraderecha, pero parece que la vacuna contra Vox es el PP...
–La extrema derecha suelta soflamas incendiarias sostenidas en mentiras o pamplinas y mueve a la derecha el espectro político. Al moverlo, el beneficiado es el PP que, sosteniendo las mismas políticas económicas para los más ricos, parece de centro, parece gente moderada cuando en realidad Juanma Moreno y el PP siempre han defendido la sanidad privada, una educación al servicio de las grandes empresas. Tenemos que alertar de estas dos cosas, que lo que está diciendo Vox es mentira y que las políticas del PP son injustas.
El PP también enarbola la bandera del andalucismo. ¿Os preocupa que os la arrebate?
–Es una victoria, no de los partidos, sino del sentimiento andaluz y de las ansias por tener una identidad propia, que no se rían de nosotros y no estar en el vagón de cola de las infraestructuras, presupuestos o empleo. Estas cosas están en el ADN de los andaluces. Que se haya visto a defenderlo es una cesión que ha tenido que hacer y un invento un poco torpe para coger la bandera blanca y verde y enfrentarse a Pedro Sánchez. Pero los andaluces no somos tontos y vamos a ver, si gobierna el PP (en España), que Juanma Moreno guardará la bandera en el cajón. Estamos ahí para decirle a Juanma Moreno que la bandera está rellena de derechos y servicios sociales.
La Junta ha aprobado los presupuestos sin atender a las enmiendas de la oposición.
–El Gobierno dice constantemente que va a hablar con todo el mundo pero de las trescientas y pico enmiendas presentadas no nos han aprobado completa ni una. Es muy difícil que no hayamos acertado en ninguna. Tenemos que explicar que Juanma Moreno no es un tipo moderado, que se hace un tatuaje, sino que es un tipo que pasa el rodillo parlamentario, que solo acepta sus ideas o las de la extrema derecha.
Recientemente el Parlamento se ha negado a estudiar la rebaja de las ratios en las aulas y ha aprobado el pago de 121 millones más a Pascual. ¿Calan estas cuestiones en la ciudadanía?
–Tenemos que aprender a comunicar mejor, pero cuestiones como la bajada de la ratio, cinco niños por clase, no es una barbaridad, sino algo que comparte el cien por cien del profesorado, sea cual sea su ideología. La ciudadanía se ha organizado para recoger más de 55.000 firmas y Juanma Moreno y Vox se han negado a que se trate el asunto. Este tipo de cosas sí calan. Y en cuestiones como la sanidad, hay que explicar que cuando tenemos una lista de espera enorme y después nos derivan a una clínica privada, las empresas sanitarias se están forrando con dinero de todos mientras explotan a sus trabajadores. Todos conocemos el caso de Pascual, en Cádiz. Ahora se le hace un trasvase millonario por servicios no concertados que es un robo a la ciudadanía.
No estoy cómodo con que al único delito al que se le baje la pena sea al de malversación, la verdad”
En salud y en educación coincidís en argumentos con el resto de partidos de izquierda. ¿Dónde está la diferencia?
–Nosotros nunca hemos participado de los gobiernos que durante 37 años empobrecieron a nuestra tierra, con casos de corrupción. Siempre vamos a evitar que gobierne la derecha y si hay que hacer oposición al PP de manera coordinada, la haremos, pero vamos a mantenernos indepedientes del PSOE porque creemos que forma parte del problema con el PP. Y, además, somos el único partido puramente andaluz. Creemos que la única manera de frenar el subdesarrollo es fruncir el ceño, dar un golpe en la mesa y decir hasta aquí hemos llegado.
¿Cómo se lleva con Inmaculada Nieto, de IU?
–(Ríe) Es una diputada del Parlamento.
Lo pregunto por las confluencias en mayo...
–Adelante va a estar en las principales ciudades y pueblos de Andalucía con sus candidatos como representantes de la izquierda diferente, limpia, nueva, andalucista, que cumple con sus compromisos como han hecho Kichi y Tere. Pero es el momento de de presentar una alternativa a los millones de andaluces que se sienten decepcionados por el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pero no quieren que gobierne el PP.
La actualidad nacional, con la supresión del delito de sedición o la rebaja de la pena por malversación, hace complicado que Andalucía esté en agenda.
–Los medios nacionales invisibilizan el trabajo de los medios andaluces. Hacen falta una fuerza andalucista, activistas y gente de la sociedad civil que pongan a Andalucía en el centro de la agenda mediático.
¿Teme que la colaboración de Adelante con partidos independentistas en el Congreso les pase factura en Andalucía?
–Digo mucho a los alumnos que uno solo no puede, pero con amigos, sí se pueden hacer muchas cosas. Mientras no tengamos voz en el Congreso, la CUP o Compromís presentan iniciativas sobre el empleo en Linares o contra el cierre de Airbus. Pero eso no quiere decir que estemos de acuerdo con todo con esas fuerzas de otras partes del Estado. Somos una fuerza independiente. Que en un país donde el punitivismo está tan aceptado, al único delito que se le rebaje la pena es el de malversación, el único que solo pueden cometer los políticos, me parece peligroso, porque hay formas de corrupción que no implican enriquecimiento personal pero atornillan a un partido 30 en una institución. No estoy cómodo con eso, la verdad.
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