El colegio Las Esclavas de Cádiz prosigue con los trabajos de puesta a punto del centro tras venirse abajo el techo de la iglesia el pasado 22 de septiembre en un suceso que milagrosamente se saldó sin daños personales y que se produjo apenas una hora antes del inicio de las clases. El siniestro obligó a la demolición controlada del edificio religioso, que se hizo inmediatamente después, pero quedaban aún actuaciones pendientes.
Tal y como ha informado el equipo directivo a las familias, la empresa que supervisa las zonas cerradas continúa revisando las estructuras para poder abrir cuanto antes, mientras que la que se encargada de las labores de desescombro regresó el pasado lunes, una vez solventados los trámites administrativos correspondientes con la compañía aseguradora, para terminar con las actuaciones pendientes. Los operarios trabajan de manera ininterrumpida de siete de la mañana a siete de la tarde y se prevé que estos trabajos se prolonguen una o dos semanas.
En el colegio han considerado que el desarrollo de las clases con estos trabajos durante estos quince días no supodrá demasiadas molestias para la actividad docente e insiste en mandar un mensaje de tranquilidad a la comunidad educativa. “Nuestro alumnado son nuestra prioridad y nunca haríamos nada que supusiera un riesgo para ellos”, aseguran tajantes en la circular enviada estos últimos días para informar de esta actuación.
Mientras tanto, la AMPA prosigue con su campaña de recaudación de fondos y prepara festivales y citas benéficas para sufragar estos últimos trabajos y acaba de lanzar un corto elaborado junto a los antiguos alumnos del centro. Después tocará pensar en el proyecto de reconstrucción.
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