La hostelería de la capital gaditana aguarda impaciente la llegada de las fiestas navideñas para poder resarcirse del “desastre” de las últimas campañas desde que la normalidad saltó por los aires por la pandemia. La de este año aspira a ser la definitiva, la del regreso de las comidas multitudinarias de empresas, amigos y familiares y las primeras sin mascarillas. El pasado año el sector se las prometía felices por el fin de las restricciones, pero el repunte de los contagios en plenas Navidades se llevó por delante todas las expectativas y acabó anulando las reservas, confinando a núcleos familiares al completo en su casa en Nochebuena y Nochevieja (y en más de un caso en la habitación a alguno de ellos) y agotó los test de antígenos en las farmacias. “Fue un desastre, se fastidió todo a última hora, las mesas se fueron cayendo...esperemos que este año no ocurra nada”, señala Manuel Núñez, encargado de los locales de restauración de Grupo Sapo en distintos puntos de la ciudad (Sapo Negro, La Despensa, María La Brasa, entre otros) casi cruzando los dedos.
De momento, las expectativas no pueden ser mejores, a juzgar por el volumen de reservas con las que ya cuentan para el fin de semana del 16 de diciembre, uno de los más fuertes, y en el que algunos de estos locales ya han colgado el cartel de completo para los almuerzos. “La gente lleva desde finales de septiembre preguntándonos por los menús de Navidad y ha sido colgarlos en redes sociales a mediados de octubre y difundirlos a los clientes habituales y empezar a llamar”, explica. Núñez cree que por fin los clientes van a acudir a celebrar la Navidad “sin cohibirse, con reuniones grandes, y por eso muchos quieren asegurarse que no se quedan sin sitio”. Tantas ganas hay de este formato, que ya han celebrado cinco en las últimas semanas. Las inusuales altas temperaturas de este año no han sido impedimento alguno. En diciembre, todos los negocios del grupo tendrán zambombas todos los fines de semana, otro gancho más para atraer a la clientela.
Grupo Potito (Chiringuito El Potito, Tuna Beach, restaurante Alamar) tiene programadas casi una treintena de zambombas, cuya contratación, aseguran desde el grupo hostelero cuesta ya “el doble” que en 2015 debido a la gran demanda. Los gaditanos están reservando “con más premura”, que otros años. “Esperamos una gran demanda y las expectativas son muy buenas”, reconocen. De hecho, ya no tienen hueco libre para comidas el sábado 3, el viernes 16 y el sábado 17 de diciembre. “Esos días los tenemos completos”, admiten. Eso sí, han notado que las grandes entidades, aun no habiendo limitación de número de comensales, prefieren celebrar sus comidas de empresas “más fraccionados”, en grupos de 15 o 20, frente a los 90 de antaño.
Acaba de empezar noviembre como quien dice y en el Mesón Cumbres Mayores ya están “casi completos” para los días más fuertes. “La cosa está muy animada, va bastante bien; hay muchas ganas de disfrutar todos juntos de estas fecha; y nosotros también tenemos muchas ganas porque el año pasado al final se nos cayeron todas las mesas. La gente no tiene el miedo del año pasado, vienen con más libertad”, señalan para referirse a los efectos de la sexta ola y la variante ómicron. Lo que sí han hecho este año en este conocido local es cargar un porcentaje a cuenta (un 10%) en las reservas para evitar que se les queden mesas colgadas. “Otros años nos ha pasado que la gente reserva en varios sitios para asegurarse hueco, luego anula al final y nos quedamos con esas mesas y listas de espera para comer”. Una novedad que no ha tenido efecto disuasorio. “La gente está muy animada y no le importa pagar si tiene claro que va a venir. Miran por el dinero, claro pero tienen muchas ganas de disfrutar y de reunirse”.
En los locales del Grupo Arsenio (Arsenio Manila, Casa Angelita, Bebo Los Vientos) las reservas, para las que también piden una señal, en una empezaron en octubre, ya tienen completos los viernes 9 y 16 al mediodía, dos de los días “más potentes” de las comidas de navidad de empresas y reuniones de amigos, y confían en que “se animen” el resto de días. Eso incluye también miércoles y jueves laborables incluso. “Hay muchas ganas de celebración, de pasarlo bien”, señala Raúl Cueto, al frente del grupo hostelero y flamante Rey Baltasar de la próxima Navidad, que viene detectando que cada año más los viernes se reservan a las comidas de empresas y los sábados a las de amigos.
Menús “muy ajustados” para que el cliente no pague la subida de precios
Los hosteleros ofertan distintas opciones de menús “asequibles” tras “hacer un esfuerzo” para “ajustarlos” y “adaptarse a los tiempos” sin “meter sablazos”. En cualquier caso, no detectan que los comensales pongan muchas pegas al importe, siempre que este no esté disparado. “La rentabilidad de la hostelería es un 20 o un 30% menor, le vemos beneficio si llenamos varios días; hay que mirar mes a mes no es solo diciembre”, señalan desde el sector.
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