La Bahía de Cádiz está señalada en negro en el mapa de Andalucía como uno de los diez focos principales de contaminación, junto con las zonas industriales de Carboneras, en Almería; la Bahía de Algeciras; Puente Nuevo, en Córdoba; Bailén, en Jaén; Huelva; y las áreas metropolitanas de Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla.
Según el informe La calidad del aire en el Estado español durante 2021, publicado ayer por Ecologistas en Acción, esto se debe fundamentalmente a la actividad portuaria y el tráfico rodado, y advierte de que la polución generada en estos lugares, al extenderse por el resto del territorio y transformarse en ozono troposférico, acaba incidiendo negativamente en zonas rurales y de interior de la comunidad.
El estudio destaca, por un lado, que, en el conjunto de la región, se redujeron las superaciones del valor objetivo legal en un 62% respecto al promedio del periodo 2012-2019, siendo las registradas el año pasado las más bajas de la década, salvo en las aglomeraciones de Málaga y la Bahía de Cádiz.
Por otra parte, el informe advierte de que, en lo relativo a las partículas PM10 y PM25, las mediciones realizadas por las autoridades portuarias de Almería, Motril y Cádiz “pudieran no reflejar bien la equivalencia”, ni ofrecen datos en tiempo real ni permiten la descarga de datos históricos para seguir la evolución de la calidad del aire.
Con todo, alerta del tránsito de mercancías y de pasajeros, en clara expansión antes de la pandemia, y ahora en recuperación, y de que no se están sustituyendo los combustibles más sucios habitualmente utilizados por los buques. Además, denuncia que no se están adoptando medidas de confinamiento de los graneles sólidos. Ambos factores, “inciden negativamente en las áreas residenciales próximas”, lo que “está generando conflictos sociales”, advierte.
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