La sexta sesión de preliminares arrancó con el coro de Jesús Monje, La producción, que en su nuevo proyecto optó por representar el rodaje de varias películas, pero la ejecución no convenció al público. Después llegó el Vera Luque comparsista, que en esta nueva andadura presentó a unos quinquis dispuestos a todo por Cádiz. Con una divertidísima tanda de cuplés marcó las diferencias en la modalidad. El público estalló con esta actuación.
La primera chirigota de la noche fue la de Manolín Gálvez, que con La Viña contraataca presentó una versión gaditana de la famosa saga de Star Wars. Mantiene la línea añeja a la que acostumbra este autor. Y las risas se mantuvieron en el tiempo y llegó el cuarteto de Ángel Gago. Los ultraortodoxos de los Callejones Cardoso encandilaron al Gran Teatro Falla con una divertidísima parodia. Esta agrupación dio el empujón a la modalidad hasta el momento.
Tras el cuarteto, la comparsa. Tino Tovar presentó La Brigada, que pegó fuerte en el teatro. Con grandes voces y letras directas y críticas, estos bomberos enamoraron a un público que los despidió en pie y con fuertes aplausos.
La sorpresa de la noche la puso la chirigota A vivir que son dos días, de David Verde y Miguel Ángel Llull. Representando a unos enfermos a los que le quedan pocos días de vida, esta agrupación consiguió dar una lección vida para que disfrutemos y aprovechemos el tiempo. Además, consiguieron enganchar al público que disfrutó con sus ocurrencias.
Para cerrar la sesión, la comparsa Los Tornados, de Lolo Barragán, presentó a unos mexicanos que no lograron dejar huella en el teatro.
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