Salgo a la calle y me da por contar personas con mascarilla cuando no se puede evitar la distancia de 1.5 - 2 metros de seguridad. Por la acera está claro que no se puede y haciendo números me sale un 30% de la población que la usa, el porcentaje desciende cuando veo que se usan mal (nariz fuera, colocada en la barbilla, en la mano, en una oreja colgando ...).
Las mascarillas de tela, cubrebocas y demás elementos de fabricación casera o industrial, pero en ningún caso homologadas para su uso, no se recomiendan en ningún caso porque son de tela, algodón o gasa y no protegenEmpecé hace un par de meses escribiendo que las mascarillas debían ser utilizadas por los grupos de riesgo (pacientes con enfermedades crónicas, inmunodeprimidos, mayores de 65 años, etc.), por la sencilla razón de no haber suficientes y no podíamos dejar sin ellas a quienes más las necesitaban. Parece que una vez solucionado ese problema, e incluso repartidas miles de mascarillas en municipios como Barbate se hace indispensable su uso.
Veamos qué tipos de mascarillas tenemos en el mercado.
• Mascarillas quirúrgicas: se utilizan en cirugía para evitar el contacto con las salpicaduras de fluidos. Protegen más al resto de personas que a quien la lleva puesta. Hacen de barrera al toser o estornudar evitando lanzar gotitas respiratorias con posibles microorganismos de dentro a fuera. No son efectivas para prevenir el contagio pero evitan la transmisión del contagio por parte de la persona que la lleva.
• Mascarillas filtrantes: contienen un filtro de micropartículas y protegen de fuera hacia dentro. Por lo tanto protegen a quien la usa ante agentes infecciosos pero no protegen frente a gases o vapores. Las hay de varios tipos:
- FFP1: Eficacia de filtración del 78% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 22%. Se emplea en partículas de material inerte.
- FFP2: eficacia de filtración del 92% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 8%. Se emplea frente aerosoles de baja o media toxicidad.
- FFP3: eficacia de filtración del 98% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 2%. Se utilizan frente a aerosoles de alta toxicidad.
Estas mascarillas pueden tener o no válvula de exhalación para reducir la humedad dentro de la mascarilla. Por tanto las mascarillas por supuesto que sirven, para proteger a quien la lleva y para prevenir el contagio, pero tenemos que recordar que es fundamental mantener la distancia de seguridad, lavarse las manos frecuentemente y las medidas de recomendación para control y prevención de infecciones. Las personas que no toleren o no sea recomendado su uso, deben cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo de papel desechable al toser o estornudar y deshacerse de él. Igualmente lavarse las manos en ese momento si ha podido estar en contacto con secreciones respiratorias.
Las mascarillas al igual que los guantes crean una falsa sensación de seguridad, por lo que se hace todavía más importante al llevarla recordar el resto de medidas. Quien les escribe la va a llevar puesta en agosto en espacio cerrado y por unas 5-12 horas diarias cubriendo nariz y boca. Así que si yo puedo en esas condiciones, ustedes pueden por la calle sin excusas. Unas recomendaciones para su uso serían: colocarse la mascarilla para que cubra la boca y la nariz. No tocarla mientras se lleve puesta. Quitársela por la nuca sin tocar su parte frontal. Después de tocar sin darnos cuenta una mascarilla usada, lavarse las manos con agua y jabón. En cuanto la mascarilla esté húmeda, sustituirla por otra limpia y seca. No reutilizar las mascarillas de un solo uso y desecharlas una vez utilizadas.
Dejo para el final el uso de mascarillas de tela, cubrebocas y demás elementos de fabricación casera o industrial pero en ningún caso homologadas para su uso. Estas mascarillas no se recomiendan en ningún caso porque son de tela, algodón o gasa y no protegen. Da igual que lleven una capa que 5, una vez infectada la primera lo harán las demás al no ser filtrantes. Sin duda las personas que las han elaborado en casa o las han donado a quien no tenía nada me descubro ante ellos/as, mejor es eso que nada (ya las personas mayores, sabias siempre, cubrían la boca y la nariz en invierno con la toquilla). Pero aquellas empresas, particulares, asociaciones que se dedican a lucrarse por el hecho de imprimir un escudo, una bandera o un símbolo si me gustaría decirles algo. No hablamos de un objeto decorativo, ni ornamental, ni de animación por mucho que nos guste llevarlo con esa finalidad, hablamos de un elemento de protección cuyo precio desechable quirúrgica es de 50 céntimos y nos cobran 5 euros aproximadamente por una que no protege prácticamente nada. Por ese precio podemos adquirir dos FFP2, que aunque sean blancas y mi equipo sea el Barcelona, va a proteger mi salud más de lo que lo pueda hacer Messi.
Siempre se ha buscado el negocio con la salud y lo que debe primar es la protección, aunque muchos me vean como un aguafiestas. Miren que estén homologadas para su uso porque su equipo, su país o la ideología que lucen en su mascarilla les necesitan, pero vivos, no entubados en el hospital o en el cortijo de los callaos. Más aún ahora que empezará a masificarse la calle y no hacemos caso de las recomendaciones.
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