En román paladino

Aznar al ataque

Cuando llega el caso de la corrupción del PP el olvido es total

Publicado: 18/09/2018 ·
21:16
· Actualizado: 18/09/2018 · 21:16
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Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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"No me arrepiento de nada”. ¿Para qué más? De corrupción y de guerras en Irak nadie sabe nada. Cuando llega el caso de la corrupción del PP el olvido es total y si se trata de  la implicación en el acuerdo de la Azores para iniciar la invasión de Irak por la existencia de las inexistentes armas de   destrucción masiva tampoco.

La sesión de ayer en el Congreso de los Diputados, en el marco de la Comisión de Investigación relativa a la presunta financiación ilegal del Partido Popular, fue un ejemplo en directo de la imposibilidad de que en el parlamento, en una comisión de investigación,  se llegue nunca a la clarificación o al descubrimiento de la verdad. Para eso están los tribunales. Las comisiones del parlamento son para dirimir responsabilidades políticas. Ese papel sí lo cumplió con creces.

El momento culminante de la comparecencia fue cuando el diputado de Esquerra Republicana de Cataluña,  Gabriel Rufián Romero, natural de Santa Coloma de Gramanet, leyó la lista de invitados a la boda de su hija en el Real  Monasterio de El Escorial.  “Yo no me casé ese día” fue la respuesta chusca de Aznar a la pregunta impertinente sobre los invitados corruptos al memorable  paseíllo de la boda. Fue un verdadero show –circo lo llamó el propio presidente de la comisión, el diputado canario Pedro Quevedo - y verdaderamente mediáticamente fue de verdadero regocijo y de interés. El ejercicio de cinismo desbordó todas las expectativas. Rufián reprodujo una frase contra Aznar, que era la comidilla de los diputados del PP, repetida en privado: “Nos estamos comiendo la mierda de Aznar”. Aznar no reconoció nada, no admitió nada y acusó de golpista al partido de Rufián. El presidente de la comisión perdió el control pero el espectáculo mereció la pena. Las fotos de las entrevistas de José María Aznar con Obiang o  Gadafi o de la foto de su gobierno de imputados  fue la guinda del  diálogo de sordos. “¿Se pagó la boda de su hija con mordidas de la Gürtel?...porque los únicos no imputados o condenados son los camareros”. El presidente Aznar calificó de falta de vergüenza y de comentarios tabernarios lo dicho por el diputado catalán independentista, hijo y nieto de andaluces.

“Al mentirnos, el mentiroso procura engañarnos para que creamos que las cosas son distintas a como son en realidad. Intenta imponernos su voluntad”. Lo escribe Harry G. Frankfurt.

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