La noche del viernes 5 de agosoto, sobre el oscuro manto de la noche, se engalanaba el casco antiguo de Barbate. Los vecinos del antiguo barrio marinero abrían sus portones y decoraban sus fachadas con velas impregnadas de luz de esperanza y a su vez, descorrían otro tupido velo a la belleza, la galantería y el misterio de los rincones que guardan las calles del histórico barrio barbateño. En la peña flamenca “Niño de Barbate” la poesía flamenca abrió las alas de la noche, la gran afluencia de participantes junto a los diferentes artistas que se preparaban en los diferentes escenarios, presagiaba que un duende se escondía entre los visitantes que caminaban sobre un oscuro silencio, ayudados por las llamas de las velas que desembocaban en el primero de los escenarios donde el duende comenzaba a dejarse ver.
Sobre un solar pavimentado en la calle Nuestra Señora del Carmen, se levantaba uno de los tablaos preparados para tan manifiesta ocasión. Pilar Andújar y Diego Andújar, bailaores pacenses, regalaban al público asistente una muestra de jaleos y tangos extremeños. El murmullo de “¿Quién es ese niño?”, se propagaba entre los asistentes. A continuación, en el tablao levantado sobre los adoquines firmes de Tato Anglada, La Beli y el Niño de la Tejera comenzaban entre quejíos y cuerdas de guitarra el cante en la noche, arrastrando al duende a encender las últimas velas de la Plaza. Terminaba La Beli entre los aplausos del respetable y comenzaba en el otro escenario María del Mar Ramos y Pepe Gutiérrez. La pareja desplegó garra, compenetración, bravura y sentimientos que van mas allá de los sentidos. María del Mar cantó, bailó y palmeó, solo le faltó arrebatarle la guitarra a su compañero. En el otro tablao, un duelo flamenco se presagiaba, Jesús Castilla e Isabel Posada, acompañados de Juani de la Isla e Ismael Heredia, disputaban un mano a mano, y un garganta a garganta, en el que el duende ya mostraba su esplendor, moderando la grandeza que se vivía, y avivándola aún más, acompañando a la bailaora Manuela Rubio y a su hermano “El Truco”, que mediante unas alegrías de antología, hicieron que el público estallase en palmas y vítores de agradecimiento. Pero todavía le quedaba llama y mecha a la mágica noche, el duende quiso llegar a tiempo al otro escenario donde Ramón Heredia y Juan Ramón Jiménez, acompañados de María del Mar Ramos, Pilar Andújar, Ana Florido, Ana Valencia y Diego Andújar, comenzaban un espectáculo flamenco inolvidable, con un final por bulerías que hizo temblar y emocionarse hasta los cimientos que decoraban el espacio elegido para la ocasión. No todos los días aparece el duende del flamenco, porque esos duendes son muy especiales y suelen estar escondidos, pero cuando el duende percibe silencio, unión, luz, orgullo, identidad, cultura y buenos flamencos, y lo más importante, no percibe complejos, ese duende aparece para quedarse, ese duende brilla con luz propia, ese duende llamado Barbate.
Presentaron la velada, Isidoro Alba, reconocido flamencólogo barateño, y el Delegado de Cultura, Sergio Román. Clausuró la noche el alcalde de Barbate, Miguel Molina, que agradeció a todos los vecinos, asistentes, turistas y artistas, su presencia y colaboración, y no quiso dejar de dar las gracias a la colaboración prestada por los vecinos y a la determinación de poner en valor el casco antiguo.
"Desde la Delegación de cultura queremos agradecer la colaboración de todos los vecinos, comerciantes y hosteleros del casco antiguo por ayudar a que este año la velada reluzca con otro brillo. Agradecer así mismo a los comerciantes de la calle Agustín Varo, que al igual que el año pasado apoyaron la iniciativa, sin olvidar a los servicios de Vías y obras que hacen posible cualquier evento, a la parte técnica, Miguel Malia e hijo, Samuel, Lea y Manuel Relinque, Mariluz Corrales, Antonio Aragón, Juanlu, Ivan y Juanmaita, y por supuesto a todo el público que asistió a esta segunda velada mágica y flamenca por el casco antiguo barbateño".
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