“Estrenamos nuevos enseres, en concreto se han confeccionado 30 túnicas nuevas de penitentes para sustituir algunas ya deterioradas, además de incrementar el cuerpo procesional”, explicó el hermano mayor de la cofradía, Francisco José Gutiérrez, momentos antes de la compleja salida de los tres sagrados titulares desde la iglesia de San Francisco.
Un nuevo libro de reglas realizado por Blanca Alarcón, con plata repujada sobre terciopelo verde que acompañó a la Virgen, y los clavos con forma de azuzena incluidos en la imagen del Cristo Verde fueron algunas de las novedades que incluyó este año el cuerpo procesional de Los Estudiantes.
La plazuela de San Zoilo lució el Lunes Santo por la tarde un aspecto envidiable. Ningún vecino y turista de la ciudad permaneció ajeno al encuentro de las imágenes de esta hermandad minutos antes de iniciar el cortejo procesional, precedido este año por una cruz guía en la que sobresalía la imagen del Cristo de los Avisos, muy venerado en el barrio al que se circunscribe esta cofradía.
Momentos
En estricto orden pasional, Jesús Nazareno de la Sangre, el Cristo Verde y la Virgen de la Vera Cruz comenzaron su cortejo por las calles Obispo, Trasierras y Villodres, para alcanzar momentos de gran recogimiento a su paso por la calle Duranes, uno de los puntos más emotivos y estéticamente más llamativos del desfile en el que público y cortejo parecen fundirse en una sola unidad por la estrechez de la calle.
Otro de los momentos más emocionantes fue el encierro, con la despedida de los tronos y la vuelta a su templo, que cerró la noche del Lunes Santo hasta el próximo año.
“Es muy importante la organización y el espíritu de unidad que reflejan nuestro casi 200 hermanos, que llevan trabajando todo el año para este momento”, resaltó emocionado el hermano mayor, quien no olvidó recordar la donación de la cruz que luce este año Jesús Nazareno de la Sangre por parte de una familia de antequerana.
A los pies del crucifijo del Nazareno, sujetando su cruz, destacó, también, la presencia un ángel ‘cirineo’, expresamente realizado en Sevilla para la cofradía por parte del imaginero José María Leal.
La vistosidad de los nuevos clavos rematados en plata con azucenas del Santísimo Cristo Verde fue otra de las notas de esplendor del cortejo, que estuvo acompañado un año más por la banda de Cornetas y Tambores de la Vera Cruz de Almogía y la Banda de Música de la Vera Cruz.
El redoble de los tambores se detuvo a la llegada de los titulares a su templo. Los penitentes, todos vestidos de estricto negro, y solamente resaltados en su indumentaria por una banda color verde que les identifica como hermandad, juntaron su paso para despedir a sus imágenes. Las lágrimas aparecían ya en algunos rostros.
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