Esta semana nos hemos desplazado hasta el Polígono Industrial Cañada Ancha de Vejer de la Frontera, donde nos encontramos con una empresa dedicada al mundo de la cerámica artesanal y que está en manos de un joven vecino de Barbate, Alberto Mateo, quien nos cuenta su aventura emprendedora.
“Soy maestro y durante un tiempo me dediqué a mi profesión”, explica Alberto Mateo para añadir que “terminé un poco quemado y comencé a trabajar en lo que me iba saliendo, desde tiendas de ropa a tele-operador. Luego vino la crisis y me quedé en paro. De pronto me vi en Sevilla sin trabajo y sin pareja y decidí volver a casa (a Barbate)”.
Una vez en su tierra, “intenté trabajar de lo mío, pero me fue imposible y el tiempo iba pasando. Comencé a darle vueltas a la cabeza para definir mi futuro, así que tras un periodo en el que estuve de voluntario en el Centro de Nuestra Señora del Carmen, empecé a introducirme en el tema de la cerámica, del que ya tenía conocimientos”.
Había realizado varios cursos y también adquirió conocimientos a través de internet. Con la idea ya rondando en su cabeza, “algo tenía que hacer, no se puede estar parado cruzados de brazos y viendo pasar el tiempo”, señala Alberto. Así que durante el Curso de Formador Ocupacional “dieron una charla sobre autoempleo, a través del CADE, y hablaron de las naves destinadas a nuevas empresas que contaban con un tiempo de alquiler gratuito”. Era el año 2010 y estaba a punto de nacer una nueva empresa en la comarca.
La posibilidad de ahorrarse un alquiler lograba cuadras algo más las primeras cuentas, y es que “más que subvenciones, a los emprendedores nos viene mejor el tener menos gastos”, conviene Alberto, quien entonces comenzó a llevar a cabo su plan de empresa, “es decir, a hacer números… y teóricamente los números salían, claro que hablamos de 2010 y 2011, ahora ya no salen esos números porque la situación ha empeorado más.
Hay que recordar que en 2012 la crisis se agravó y la posterior subida del IVA ha sido un mazazo de los gordos”.
Por culpa del IVA se vio en la tesitura de subir los precios, “y ya vendía poco como para subir los precios. Es decir, cada cosa que vendo es un tres por ciento menos. Si yo hubiera sabido lo que se venía encima me lo habría pensado un poco más, pero en ese momento tenía muchísima ilusión. Es un proyecto bonito, de autoempleo”.
La idea y los números cuadraban, “pensamos también en algo que no hubiese en la zona, y empresa de cerámica no hay en estos momentos. Vi que había un hueco en el mercado, y tenía experiencia, al tiempo que a mí se me dan muy bien las manualidades. Luego comencé a formarme en foto-impresión, que en la provincia nadie se dedicaba a ella. Lo más cerca está Sevilla”. Su planteamiento era novedoso, “mezclar las figuras con las fotos en cerámica. Es algo muy delicado, difícil de controlar. Viendo que había una necesidad, me dije aquí me meto, porque bares hay muchos, y tiene puede salir bien o no, además necesitan más inversión inicial. En cerámica no había nada, así que me dediqué al tema de los recuerdos, al tema de las placas conmemorativas, a los trofeos, los azulejos para pared, los callejeros, etc”.
Entra en juego también la calidad porque “muchas veces no se puede competir con lo barato, con productos que compras en un ‘chino’, pero sí puedes competir con productos más caros, de mayor calidad. Mi trabajo es artesanal y es personalizado. Trabajo en cerámica desde dedales hasta murales de casi cualquier tamaño, como el que está ubicado en Vejer, en La Corredera”. De todas formas el balance es positivo, “este año sí estoy llegando a fin de mes, el año pasado no”.
Emprender en tiempos de crisis “es algo muy complicado, pensé que no lo sería tanto pero luego todo son trabas, dinero de más, hay procedimientos burocráticos que los haces en dos días, otros que no, hay subvenciones que todavía estoy esperando y que las tenía aprobadas en 2011. Pero en tiempos de crisis hay que innovar, si esperas a que llegue el trabajo a tu puerta, te puedes quedar esperando. En mi caso estoy contento, todo depende de mí, si lo hago bien o mal”.
El instalarse en Cañada Ancha “es por el tema del alquiler, si en los primeros meses de la empresa hubiera tenido que pagar un alquiler, ya estaría cerrada. Pagas el seguro, el crédito, los impuestos, etc, si a los gastos fijos y a los variables, le hubiese añadido el alquiler, no hubiese podido seguir”, señala Alberto Mateo.
Sobre el futuro, “depende del día, hay días que me levanto optimista, pero claro es tan incierto el mañana que no sabes si dentro de tres meses la clientela habrá aumentado”, aunque confía en la calidad de su trabajo, que crea fidelidad entre los clientes. Y es que “mi trabajo es artesanal, con materiales innovadores… por eso me siento satisfecho de lo logrado hasta ahora, es mi propia empresa, mi proyecto, creo en él y tengo ganas de currármelo y tirar del carro”.
Cerámica 3.14 es el nombre de la empresa y los pedidos se pueden realizar a través de su página web, en la sede de la empresa, en Cañada Alta o bien por teléfono.
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