Bajo la supervisión del experto redero Rafael Miranda, cada mañana, un grupo de mujeres se reúne en la Lonja Vieja de Barbate para aprender el antiguo arte del redero en un interesante curso que rinde homenaje a las raíces culturales de la comunidad pesquera.
El objetivo de esta iniciativa, promovida por IFAPA, con la colaboración del Ayuntamiento de Barbate, tiene como finalidad preservar esta antigua tradición y transmitirla a las generaciones futuras"Una acción formativa que enseña a una decena de participantes esta técnica tradicional que ha sido parte integral de la vida en Barbate durante generaciones y que consiste en tejer redes de pesca a mano, requiriendo de una habilidad especial.
Con una duración de dos meses y aproximadamente 200 horas de formación, en su mayor parte de carácter práctico, el objetivo de esta iniciativa, promovida por IFAPA, con la colaboración del Ayuntamiento de Barbate, tiene como finalidad preservar esta antigua tradición y transmitirla a las generaciones futuras.
En él se imparten clases dirigidas a la confección y reparación de artes de pesca, como son el arrastre, el trasmallo, el cerco y jareta, incluso de almadraba.
“Este curso pretende cubrir un vacío en la transmisión de unos conocimientos y habilidades cada vez más difíciles de aprender, de forma que personas de la localidad consideren la reparación de las artes de pesca como una fuente de generación de empleo”, ha explicado el docente Rafael Miranda, que a sus 61 años de edad, es el más joven redero que existe en Barbate. De ahí su interés de “trasmitir sus conocimientos para que haya un relevo en el oficio” y que en esta caso plantea también “la integración de la mujer en el sector pesquero”.
“Durante estos dos meses, las alumnas aprenden las técnicas, a conocer las redes, los tipos de hilos, etc.; y se combina con prácticas”, explica Miranda, aunque reconoce que “lo importante del oficio es la práctica y el consiguiente rendimiento”. “No es un trabajo que vaya por horas, si no por resultados”, añade.
“Hay demanda de rederos y rederas, quedamos muy pocos, a mí incluso me mandan artes del País Vasco porque allí no hay suficiente gente que se dedique a ello”, cuenta. Por ello, anima a sus alumnas a implicarse, a practicar y apostar así por este oficio tradicional tan arraigado en la identidad barbateña.
La experiencia, sin duda, dejará a las participantes con un profundo respeto por el arte del redero y una mayor comprensión de la importancia de la pesca en la vida de esta localidad costera. Sin duda, este curso es un paso significativo para asegurar que las técnicas tradicionales del redero continúen siendo transmitidas a las próximas generaciones en Barbate.
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