Jerez

La desesperación de una familia de acogida de un niño ucraniano

Davinia, José y sus tres hijos no han podido contactar con Denys, de 12 años, que desde hace tres pasa verano y navidades con ellos. "Es uno más en mi casa"

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  • A través de la ONG Infancia de Nad, que gestiona el programa de acogida, han sabido que los vecinos de la aldea donde vive están escondidos en sótanos

Cuando Davinia le preguntó este fin de semana a Joel, su hijo pequeño, qué regalo quería por su cumpleaños, ni se lo pensó: “ropa para Denys”. Denys tiene 12 años, solo dos y medio menos que él, vive con sus hermanos y sus padres en Ragovka, una pequeña aldea que pertenece a Kiev, en Ucrania, y desde hace tres años “es uno más en mi casa”.  Davinia, su marido José, y sus hijos Salma, Valeria y Joel son su familia de acogida en España, "mi familia española", como les llama el pequeño en sus dibujos, con la que convive los tres meses de verano y en Navidades desde que tenía nueve años. Va incluso al colegio durante dos semanas. El pasado enero regresó a su país tras pasar con ellos un año más las fiestas navideñas en Jerez y desde el pasado jueves están en un sinvivir por no saber cómo se encuentra.

“Mantenemos el contacto todo el año, hablamos por Messenger y nos mandamos fotos, nos llamamos por teléfono y procuro hacerlo siempre que estoy con mis niños o mis sobrinos para que hablen con él. El último domingo antes de que empezara todo lo llamé, pero no cogió”, relata Davinia a Viva Jerez.

El lunes, Denys le devolvió la llamada, pero ella estaba trabajando y tampoco pudo atenderla. En ningún momento se imaginó lo que vendría después. Fue una amiga ucraniana la que le mandó un audio avisándole de que estaban bombardeando Kiev. Cuando Davinia lo escuchó, el mundo se le vino encima. “No puede ser”, si todo estaba bien”, le dijo. 

Fue ahí cuando empezaron sus intentos desesperados por contactar con el pequeño, que hasta ahora han sido en vano. Pese a que en las últimas semanas las cosas se habían complicado, al otro lado del teléfono les decían que “todo estaba normal”. “Ellos no entendían por qué estábamos tan asustados, se preguntaban incluso qué nos estaban mostrando por televisión. Supuestamente estaban haciendo vida normal”, narra sin poder evitar emocionarse.

Este martes les dijeron que la aldea en la que viven “está ocupada por tanques rusos”, pero también han sabido a través de la ONG Infancia de Nad, con la que un centenar de familias españolas -entre ellas la suya y otra de Jerez, junto a diez más de la provincia- acoge niños de diferentes zonas de Ucrania todos los años, que el 98% de los habitantes de este enclave “no ha podido salir” y están “escondidos en sótanos”.

Al tratarse de un “punto complicado” por las conexiones “es preferible que estén allí, en el sótano, a que salgan”, pero a esta madre jerezana se le quiebra de nuevo la voz solo de pensar por lo que está pasando. “Sé que están escondidos, pero no sabemos en qué momento se les va a acabar la comida; nos ha llegado la foto de un sótano, que no es el de nuestro niño y las condiciones no son buenas. No son sótanos como los que tenemos aquí. Ellos pasan miseria en su vida normal y que tengan que pasar ahora por esto..no quiero imaginar cómo están viviendo allí, si pueden salir por la mañana para respirar diez minutos... Estamos hablando de niños que se van a su país con una maleta cargada de salud, no estamos hablando de regalos ni ropa; en los tres meses que está con nosotros el cambio de Denys es brutal, se le nota mucho porque viene muy delgadito y aquí comen de todo, allí no tienen fruta. Mis sobrinos me han dicho que sus ahorros son para Denys. Estamos todos muy sensibles”, señala muy angustiada. 

¿Cómo se puede ayudar? Lo que está intentando la ONG Infancia de Nad junto a otras cinco de España que gestionan el programa de acogida es “poder sacar a estas familias de Ucracia y contratar a corredores humanitarios para poder ir a buscarlos en la frontera. Pero Rusia tiene que pactar el alto el fuego”, indica.
A partir de ahí el objetivo es traer al mayor número posible de niños y a sus madres y abuelas, también. Pero, ahora sí, necesitan dimerl. "Jamás han pedido dinero, nosotros nos encargamos de pagar sus billetes siempre y enviar maletas con comida, pero no tenemos suficiente para pagar los vuelos y alojamiento de todo el mundo”.

En casa de Davinia quieren traerse también a otro hermano de Denys, puesto que el tercero suele quedarse con una familia de Huesca. Las donaciones pueden realizarse en la cuenta ES86 2100 2808 5501 0068 4718 de la citada ONG, que también tiene un punto de recogida este miércoles y mañana jueves en el CEIP Guadaluz de Guadalcacín (el camión a Polonia sale el viernes a las 9.00 horas), hasta las 21.00 horas, además de en el bar El Almacenito (Avd. Europa), propiedad de este matrimonio jerezano. Se necesitan  productos de aseo, potitos, leche, leche en polvo para bebés, toallitas, pañales de todas las tallas y conserva en latas para mayores. 

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