Atando Cabos

Roles

Los niños no pueden soportar ver sufrir a sus padres, su primer impulso es defenderlos, y es ahí cuando pierden el rol de hijo o hija

Publicado: 11/02/2020 ·
22:12
· Actualizado: 11/02/2020 · 22:12
Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente jubilada, integrante del Aula Atenea del Ateneo de Jerez y de varios clubes de lectura

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

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La vida puede ser un drama, una comedia, una tragedia, pero lo más usual es que sea tragicomedia. En ella como un actor en su carrera desempeñamos diferentes papeles, es a esos a los que le llamamos roles. No vale la pena renunciar, nada más nacer te cuelgan el de hijo que es un rol familiar. Pero los hay de género, sociales, sexuales, queramos darnos por enterados o no, los tenemos.

Hay de quienes decimos que no sabe desempeñar su rol, no es un buen padre o madre, no es un buen jefe o jefa… Criticamos a quienes no se ajustan al papel que han elegido o que la vida les ha atribuido. Para que una sociedad funcione bien cada uno debe estar desempeñando el suyo. Es duro cuando uno alcanza la edad adulta sin saber ajustarse, pero más duro aún es cuando un niño o niña se pierde en su rol.

La cosa viene a suceder cuando en la familia hay problemas, cuando empieza a desestructurarse. Una pareja teme el daño que puede hacerle a los hijos tras la separación, donde vienen a perderse es cómo se puede llevar a cabo. Siempre es duro separarse, los miembros de la pareja sufren. Algunas veces uno de los dos se siente más damnificado que el otro por la separación. Este dolor es difícil de reprimir los hijos son testigos de ese sufrimiento, pero lo peor viene cuando les notifican que es culpa de su padre o de su madre. Los niños no pueden soportar, ver sufrir a sus padres, su primer impulso es defenderlos. En ese pequeño paso el niño o la niña pierden el rol de hijo o hija y adquieren el de cónyuge de su padre o madre. El daño que le estaban haciendo a la pareja lo sienten como si se lo infringieran a ellos.

Acabas de perder a tu hijo y de fastidiarle la vida al mismo tiempo, porque pierden la infancia. Se hacen huraños, rencorosos. Aún más si el padre o la madre a los que le atribuyen el daño y el abandono rehacen su vida con otra persona. No pueden perdonarlos de un dolor que no se lo infringieron a ellos. Si el progenitor que se siente abandonado y perjudicado por el divorcio no descargara en todos o en alguno de sus hijos, les permitirían conservar la niñez y no perderse en roles de adultos.Adquiriendo comportamientos patológicos que les hacen sufrir mucho y que le impedirán una buena relación de pareja cuando crezcan.

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