Atando Cabos

Deudas

Los homófobos destacan por su violencia, no por su número.

Publicado: 03/07/2019 ·
10:01
· Actualizado: 03/07/2019 · 10:01
Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente jubilada, integrante del Aula Atenea del Ateneo de Jerez y de varios clubes de lectura

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

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Nosotros aquí en Jerez, seguimos en la alerta roja, lo ha publicado Hacienda. No en la del calor, en la de la deuda. En la última legislatura el Ayuntamiento de Jerez ha aumentado su trampa per cápita en 1.046 euros, por cada jerezano tocaríamos a 3.553 euros. Pero a sus representantes no se le ve a disgusto. ¿Y para qué? ¿Ha restado votos? ¿Les pagan menos?

Las deudas no dependen de las cifras, ni se sufre por igual por no subsanarlas. De hecho, las sociales necesitan tanta reparación como las demás. Estando tan reciente la celebración del Día del Orgullo no viene mal darle un poquito a la memoria. Cuando Franco, tras casi veinte años en el poder, no encontraba ya tantos enemigos del Régimen a quien represaliar, incluyó a los homosexuales. En 1954, la Ley de Vagos y Maleantes se amplía para añadirlos. Miles de homosexuales fueron encarcelados y muchos condenados a trabajos forzados. Incluso se creó un campo de concentración para ellos en Fuerteventura. Hasta el once de enero de 1979 no se eliminó la homosexualidad como delito. Fueron muchos los años de insultos y palizas por parte de las fuerzas del orden. Y ahora, cuando deberíamos estar reconociendo tanta injusticia, seguimos teniendo a particulares emulando este tipo de acciones. Y como lo malo también lleva guinda, metemos en los gobiernos autonómicos y en los ayuntamientos a un partido homófobo que debería estar perseguido por delitos de odio.

Las leyes andan lentas para quienes sufren los atropellos y la escasez de derechos. 2005, matrimonio homosexual; 2006, Ley de Identidad de Género. Pero sin ellas la democracia no funcionaría. Como dice Carla Antonelli, nacida en 1959 y actualmente diputada en Madrid y activista transexual: “pasé de maricón a señoría, esa es la grandeza de la democracia”. Su ausencia en muchos países hace que siga siendo pena de cárcel o de muerte la homosexualidad.

Invito a todos los que indecentemente insultan y agreden a los homosexuales a no visitar la capilla Sixtina. Así la dejarían más libre de espacio para disfrutarla. Tampoco acudan a los museos. Nadie, inteligentemente, ha hecho una criba en ellos por discriminación sexual. Autoexclúyanse de la contemplación artística de obras realizadas por homosexuales y de camino libérennos de su perniciosa presencia.

La bandera arcoíris se exhibe en lugares públicos y particulares, en ayuntamientos y en taxis, también ondea en nuestros espacios laborales, familiares… Los homófobos destacan por su violencia, no por su número.

 

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