En su debate de investidura fracasado, Alberto Nuñez Feijó giró toda su estrategia alrededor de la posible amnistía de las personas encausadas por el process, presentándola como una cesión vergonzosa a los independentistas, que, para más inri, puede romper España (otra vez y van unas cuantas Españas rotas en estos años)
Aclaro de entrada que soy favorable la amnistía y no sólo porque sea una vía para poder formar un gobierno progresista, sino porque creo que en este caso su promulgación es de justicia.Voy a intentar explicar porqué.
La amnistía alcanzaría a unas 1.432 personas que están procesadas. La asociación Omnium Cultural en su recuento incluye desde presidentes y consellers de la Generalitat a activistas rasos, pasando por alcaldes y cargos intermedios, incluidos algunos funcionarios. Entre las 1.432 personas hay 113 condenados penalmente, 17 pendientes de sentencia, 387 con causa penal abierta, 880 sancionadosadministrativamente y 35 pendientes del Tribunal de Cuentas.
La figura jurídica de la Amnistía es radicalmente distinta del Indulto sea este general o particular. Los indultos los concede el Gobierno, deben estar motivados y los generales están expresamente prohibidos por la Constitución. En cambio, de la Amnistía la Constitución no dice nada y es una potestad de las Cortes Generales.
Otra diferencia notable es que el indulto es una especie de perdón, que no extingue los delitos cometidos. En cambio, la Amnistía es una especie de borrón y cuenta nueva, es una especie de reconocimiento de que el Estado ha cometido un error con los procesos abiertos.
El conflicto catalán nunca debió haberse derivado a los jueces, ya que son muchos juristas los que consideran que lo ocurrido no era motivo de delito grave. Pero el gobierno del PP nunca tendió la mano para dialogar por una salida al conflicto. Sólo enfrentamiento, confrontación, jueces y policía. Además, estos jueces, imbuidos de espíritu de venganza y defensores a ultranza del nacionalismo español más rancio, han cometido numerosas irregularidades en todo el procedimiento y concluido en condenas injustas y desproporcionadas. Mucho me malicio que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos va a poner de nuevo la cara colorada al Estado Español, por los trapicheos y vulneraciones de estos jueces.
Sólo eso justifica la Amnistía entendida como reparación. Ese borrón y cuenta nueva es precisamente lo que es imprescindible en Catalunya para solucionar el conflicto y para poder avanzar democráticamente en lo que Feijó llamó “el encaje de Catalunya en España”, antes de que se le echaran encima las hordas nacional-patrióticas de su propio partido. Al final el PP carece de propuesta para la articulación territorial de España, que es una cuestión pendiente desde antes de la transición,sólo imposición, mano dura y en su caso represión. El encaje de una España diversa como y plural como realmente es, sólo puede hacerse desde el diálogo en una óptica federal. La amnistía es un paso imprescindible para ello.
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