Arde Troya

Arde Troya. Enhorabuena, Paco

Paco de la Torre se ha impuesto otra vez a todo y a todos: a las encuestas, a sus rivales, a su mujer, a sus compañeros de partido e incluso a sus errores

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Paco de la Torre se ha impuesto otra vez a todo y a todos: a las encuestas, a sus rivales, a su mujer, a sus compañeros de partido e incluso a sus propios errores. Así que se merece nuestra enhorabuena sin ambages.
 
El alcalde ha recibido casi 95.000 votos y tiene 14 concejales —uno más que las anteriores elecciones—. 14 son muchos, pero siguen siendo 14 de 31, por más que algunos medios quieran asimilarlo a las mayorías absolutas de Ana Mula en Fuengirola, de Ángeles Muñoz en Marbella o a la súpermayoria que tiene García Urbano en Estepona. Es decir, De la Torre depende aquí de la voluntad de otros para ser elegido en primera vuelta por mayoría absoluta y, por supuesto, para gestionar la ciudad y aprobar cada año sus presupuestos.
 

Con su éxito electoral, el alcalde se ha venido arriba y se ha permitido incluso una descortesía política ironizando hasta ridiculizar a quien todavía es líder del partido cuyos votos necesita. Quizá con la adrenalina nuestro Paco ha olvidado que el acta es de Juan Cassá, no de su partido.
 
El casi ya alcalde perpetuo de Málaga ha recibido los votos de los distritos más ricos de la ciudad y ha conseguido que sea allí donde más se haya votado. Es decir: ha movilizado a su electorado. De ahí el efecto espejismo de la noche electoral: se escrutaron primero las mesas donde menos votos hubo, las de los barrios más modestos, donde ganaban las papeletas de Daniel Pérez. Les doy un dato: De las cien primeras mesas que más afluencia de votantes tuvieron, el PSOE solo ganó en dos.
 
Sin dejar de darle la enhorabuena a ‘nuestro Paco’, tampoco hay que dejar de señalar el demérito de sus adversarios, que no han sabido o podido movilizar a sus votantes, bien por el descrédito de sus líderes o la de los componentes de sus listas, o quizá por la ignorancia o el rechazo del electorado de sus pobres propuestas electorales.
 
Termino: no desdeñen la posibilidad de que Juan Cassá maniobre. Cualquier persona, incluso él, tiene derecho a resistirse a ser un felpudo político a quien su partido ignore y un adversario que lo necesita lo convierta en una parodia. También de esto habría que darle la enhorabuena a Paco.

 

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