Hasta el próximo 10 de octubre se puede visitar en el patio del palacio del Mayorazgo de Arcos la exposición ‘Un recodo en el camino’, que muestra cuatro motivos diferentes por parte de su autora, la pintora Ani Guerrero. Retratos de su perro, de su familia, de flores y de Arcos, su ciudad, esa a la que se ha resistido a pintar hasta ahora, tal vez porque hay miles de obras dedicadas a la localidad, a sus bellos paisajes y calles, muchas insuperables, pero ninguna igual desde luego. El hilo conductor, no obstante, es el óleo sobre distintos soportes: tabla de madera, cartón y lienzo.
Motivos cotidianos, cercanos en espíritu a una artista que se confiesa enamorada de la naturaleza y sus misterios. La exposición viene a reflejar la importante evolución que la arcense ha experimentado como artista, desde que hace años comenzara a pintar alentada por la Asociación Artística Entrepeñas, aunque la vocación ya le venía de lejos.
Parece ser una buscadora de la luz, que ahora podría ser otra luz distinta a la que nos regala el sol, la luz del final del túnel, la luz de la esperanza que simboliza el fin de un episodio triste causado por la pandemia del COVID. La autora regresa tras haber expuesto en otras ocasiones en espacios como el salón cultural San Miguel, aunque como todo el sector del arte y la cultura, se ha visto muy resentida por la pandemia. Sin embargo, este ha sido un periodo de inspiración y una especie de tabla de salvación para una mujer aún joven que encuentra en la pintura un antídoto para estos tiempos. “Me ayudó a salir”, explica sencillamente esta pintora que espera, en suma, hacer “un poco más felices” a quienes admiren sus cuadros.
La muestra cuenta con la colaboración de la Delegación municipal de Cultura cuya delegada, María Macías Ibáñez, anima a visitarla por su interés artístico. Su presentación corrió a cargo del poeta Pedro Sevilla, tan presente en la actividad cultural de Arcos como los propios artistas; ocasión en la que ensalzó su carácter pasional a la hora de tomar los pinceles, pero también de hablar y expresarse; un perfil vitalista, “una estudiosa de la pintura”, con claras influencias de Sorolla, y una artista “con voz propia” que también suma proyección cultura a Arcos de la Frontera.
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