En el segundo año de la pandemia del COVID-19 difícilmente se podría celebrar una procesión religiosa, pero la actual situación sanitaria, con menos positivos, más vacunas y un escenario distinto al de hace un año, permitió finalmente la procesión de San Antonio coincidiendo con su onomástica el domingo 13 de junio. Eso sí, el desfile se llevó a cabo con un formato inédito, pues el paso del santo solo realizó el trecho entre la parroquia de San Francisco y la plazoleta de Las Aguas, donde el párroco Jorge Manrique pronunció una misa con un claro acento vecinal. La imagen del santo, detrás del improvisado altar, presidió este emotivo acto que reunió a hermanos, feligreses y a numerosos arcenses en torno a una plaza hecha templo para la ocasión. La hermandad no cabía de gozo por tan feliz reencuentro en un año en el que, además, la corporación disfruta de la aún reciente restauración de la talla de su Virgen de la Paz.
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