Arcos es a día de hoy una de las ciudades más seguras ante la pandemia en la provincia de Cádiz. Ello implica que, dentro de las restricciones en el contexto sanitario del Estado de Alarma, la movilidad dentro de la ciudad sea, si cabe, más relajada, como también la ciudad se abre a un turismo comarcal y provincial que seguro vuelve a encontrar en Arcos un lugar para disfrutar de la Semana Santa en todos los sentidos. Ante la suspensión por segundo año de las procesiones cofrades, desde el Ayuntamiento y empresas locales ponen a disposición de vecinos y visitantes un paquete de actividades que bien merecen la pena vivir, comenzando por la reapertura al público del castillo ducal, propiedad de la familia Mora-Figueroa, que propone a lo largo del año cinco visitas guiadas. Este “tesoro” del Arcos monumental mostrará sus encantos el sábado 3 de abril a un grupo reducido que tendrá que solicitar obligatoriamente la correspondiente reserva en la Delegación de Turismo a través del teléfono 956 702264. Con todas las medidas de seguridad necesarias, esta visita sorprenderá gratamente al mostrar estancias y espacios al aire libre inéditos para la mayoría, que solo conoce en este sentido la imponente fortaleza del castillo vista desde la plaza del Cabildo y que configura el paisaje monumental de Arcos admirado desde su centro urbano.
Si no hay tiempo, y la situación lo permite, Turismo propone las siguientes visitas para los días 8 de mayo, 3 de julio, 9 octubre y 4 de diciembre. La particular campaña de comunicación municipal que incide en una ciudad segura, tiene en su oferta otro destino de experiencia basado en los encantos del entorno natural de Arcos. Las riberas de su río Guadalete, con un sendero de dificultad muy baja para su tránsito, constituyen un hermoso paseo ideal para, en particular, las familias. Caminando en paralelo al cauce del legendario ‘Río del olvido’, el visitante nunca se cansará de mirar el tajo de las imprescindibles peñas -la ‘nueva’ y ‘vieja’- que representan el paisaje más característico de Arcos de la Frontera. Si acaso, despistarse al ver saltar el agua junto a los molinos del río, desde San Félix a San Antón, Algarrobo o Angorrilla, o embelesarse con el canto de los pájaros y algún ave rapaz sobrevolando el cielo... Como alternativa, siempre nos quedará el embalse de la localidad, que confiere un paraje natural protegido provisto igualmente de un sendero y de un observatorio de aves a pie de lago, rodeado de juncos y cañaverales en un espacio idílico con vistas a la sierra de Barrancos.
Para reponer fuerzas tras un paseo por el río, o por el conjunto histórico plagado de monumentos imponentes como su Basílica de Santa María de la Asunción o la parroquia de San Pedro Apóstol, Arcos ofrece una interesante oferta gastronómica de la mano de bares, tascas, tabernas y restaurantes que apuestan por los productos de la rica huerta local, guisos caseros o, por qué no, platos de diseño que también se inspiran en la tradición. Sopa de espárragos (‘Abajao’), gazpachos, carnes de caza, chacinas serranas... son algunos de sus fundamentos para que se nos den a mesa y mantel. Sin olvidar, el esencial Bollo de Semana Santa, orgullo de la repostería de esta semana cuyo aroma a ajonjolí tostado impregna la ciudad estos días. Arcos se abre así a la provincia, y al aún escaso turismo internacional, para que vivan esta semana de pasiones, porque hay vida más allá de...
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