Según datos facilitados por la patronal hostelera gaditana Horeca, Arcos perdería tan solo un punto de ocupación hotelera respecto al mismo periodo de 2019, cuando la pernoctación en el municipio se fijó en la primera quincena de julio en un 39,34 por ciento, mientras que la previsión es del 38 por ciento.
No deja de llamar la atención el hecho de que mientras en otros lugares la ocupación ha caído en picado o descendido de manera importante, en Arcos sería relativamente alta, teniendo en cuenta que el destino de interior nunca ha encontrado su mes fuerte en julio, aunque también es cierto que la pandemia del coronavirus ha aumentado el interés turístico por las zonas de interior de la provincia. La poca población que permite cumplir la distancia mínima social y la tranquilidad intrínseca a la zona han podido ser factores claves en la elección turística de este verano.
Respecto a las previsiones para las próximas semanas y meses, para la segunda quincena de julio la ocupación se mantendría en un 38 por ciento (en 2019 fue del 16,59), mientras que la estimación para agosto de este año es del 25,65 por ciento, muy por debajo del dato real del año anterior que fue del 61,74.
Con este panorama, y siempre datos de la patronal hostelera Horeca, la actividad turística en cuanto a su reflejo en los hoteles de Arcos deja por ahora un sabor agridulce, sobre todo para el mes de agosto en el caso de cumplirse los peores augurios.
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